Rubias en la disco, morenas en la barra

En el Reino Unido, en cuyas noches los reyes no son los bares sino los pubs y donde es más sencillo ver a una rubia en la pista de baile que beberse una en la barra, se viene experimentando una guerra silenciosa con las grandes franquicias del sector en la que cada vez resulta más difícil encontrar un local auténtico y con carisma donde tomarse una cerveza negra. Más complicado aún es encontrar uno que no cierre después de las tres de la mañana.

La mejor pinta de Londres

Una de las visitas etílicas de obligado cumplimiento durante cualquier estancia en la capital inglesa es la que debe realizarse al Hawley arms. Continuamente reinventándose, reabriendo y renaciendo de sus cenizas (literalmente, se quemó durante el incendio de Camden Market de 2008) esta taberna originaria del año 1900 mezcla ambiente íntimo, jukebox incluida, con la mejor cerveza de Londres.

Siguiendo con los lugares con auténtico nombre propio, el Torriano Bar, en pleno Kentish Town londinense, es un local con un par de historias que contar. En este famosísimo pub, que cuenta con su propia página de seguidores en Facebook, es posible tomarse la jarra de cerveza en un garaje mientras se proyecta una película, y es bastante sencillo encontrarse con famosos de la talla de Pete Doherty. En la actualidad, los dueños se encuentran inmersos en una batalla legal por el terreno en el que se ubica el local, y con tal de ganarla han decidido volcarse en su valor más preciado: el público. Bajo el mismo nombre del bar (Los Torrianos), han creado un grupo que está intentando recaudar fondos para evitar que su institución se convierta en un bloque de pisos junto a otra taberna de franquicia más. Proyecciones, conciertos, monólogos y sesiones abiertas en las que, en general, cualquiera es bienvenido a sentirse como en casa. Una especie de refugio que ganó en 2008 y 2009 la distinción al mejor local nocturno de Londres.

Más clásico y popular si cabe es el Vibe Bar, un curioso establecimiento levantado en los antiguos restos de la fábrica de cerveza Old Truman Brewery, en la calle Brick Lane. Todo un ir y venir de exposiciones de pintura y escultura entre sofás verdes chillones, grandes ventanales y un precioso patio exterior únicamente utilizable en los pocos meses en los que el frío ofrece una tregua en este país.

Las dos caras de Manchester

Modernidad y tradición se mezclan en Manchester. Sitios como el 5th Avenue, Thirsty Scholar o el Fab Cafe tienen en común una clientela peculiar fundida con un ambiente de pop-rock melódico y joven con multitud de conciertos en vivo. Para los clásicos y nostálgicos, el Peveril of the Peak brinda una estupenda oportunidad de viajar varias décadas al pasado para tratar de entender cómo eran las noches británicas en otras épocas. El estado en el que se encuentra la fachada amarilla y verde de este refugio en el tiempo da buena cuenta de ello. Por menos de una libra puedes echarte una partida en su antigua mesa de billar, y aunque no hay cocina, la variedad de cervezas y su excelente precio hacen el resto.

Con una decoración interior casi idéntica a la de la época victoriana, el Circus Tavern es el pub más pequeño de Manchester y de parte del Reino Unido. El lugar donde los artistas del circo callejero de Chatman se bebían parte de su jornal es hoy un claustrofóbico pero encantador lugar de reunión, muy famoso en la ciudad. En un país donde cada vez es más frecuente que las tabernas pierdan su carisma pasando a convertirse en miembros de una franquicia más, el Circus Tavern logra conservar su personalidad y sólo por eso ya merece la pena echarse un par de pintas en él.

Cerveza divina

Hubo un día en el que la ciudad andaluza de Córdoba tomó la decisión de albergar en una misma iglesia a dos credos distintos, y lo cierto es que en la escocesa e industrial Glasgow también saben algo de integración. Ubicado en pleno corazón de la zona universitaria, el West End, el edificio conocido con el nombre de Òran Mór fue durante un tiempo un lugar de paz y meditación. Hoy, esta iglesia ha sido reconvertida en un auténtico centro de ocio con conciertos, actividades culturales, dos restaurantes y lo más importante: dos pubs. Enmarcados dentro de un contexto íntimo, cálido y con escasa luz, estos locales especializados en whisky autóctono conservan toda la decoración original eclesiástica de la época. No obstante, la degustación de sus destilados no se ve alterada y puede ser tan religiosa como cada uno desee.

Cuentan los cincuentones que hubo un día en el que el recorrido circular del metro de Glasgow, única red de transporte suburbano de Escocia, realizaba un verdadero trayecto etílico en el cual era posible encontrar un pub en mayúsculas en cada una de sus paradas. Esta práctica, conocida como el pub-crawling, consistía en visitar el mayor número posible de locales, aunque fuese a gatas, tal y como su nombre indica. Años después, da la sensación de que es perfectamente posible seguir el juego.

Los recién llegados a Glasgow que no quieran esperar demasiado para experimentar su primera pinta típicamente escocesa, en un lugar típicamente escocés, tienen una opción muy a tener en cuenta a escasos minutos de la estación de tren de Argyle. El Robert Hall, conocido popularmente como Rab-Has, es una taberna que mezcla modernidad en su decoración y tradición en sus costumbres. Es realmente relajante sentarse en uno de sus muchos sillones y contemplar el chisporroteo de las llamas en la chimenea mientras se degusta cualquiera de sus cócteles (de precio razonable). El nombre del local sirve de homenaje a un señor cuya única pasión en la vida fue comer y comer sin límite.

La capital del kilt y la cerveza

Además de una ciudad repleta de historia y cultura, Edimburgo es una de las urbes con más pubs por kilómetro cuadrado de toda Europa. A diferencia de Glasgow, la capital de Escocia se extiende tímidamente por el mapa y no cuenta con grandes edificios en su skyline. En lugar de industria y tráfico, lo que se respira en sus calles y a través de la piedra de sus murallas es tradición y sabiduría. Y por tanto, también huele a cebada.

Tres son las zonas de mayor interés: Old Town (el casco antiguo), las calles aledañas a la Royal Mile y Cowgate. El Royal Oak, ubicado en Infirmary Street, es uno de los muchos locales de esta ciudad que brinda al bebedor la posibilidad de acompañar su jarra con preciosas danzas folclóricas escocesas. En el corazón de la ciudad está el Bow Bar, en Victoria Street. Están especializados en muchas variedades de whisky y cada semana modifican la variedad de cervezas de fermentación alta (ale). Muchos la consideran como la auténtica cerveza (real ale) ya que la presión a la hora de tirarla se consigue a través de un pequeño motor de agua en lugar de con CO2.

Los visitantes que no deseen tanta inmersión en la vida local, algo más fieles a su rol de turista, pueden decantarse por el Edinburgh Literary Pub Tour, un recorrido por los locales que sirvieron de inspiración a muchas de las grandes figuras literarias de Escocia, disponible durante todo el año y sólo por la noche.

Situado en el Old Town, Ecco Vino se erige como la oveja negra de esta propuesta : su carta está realmente especializada en vinos de primera calidad. Y el 99 de Hanover Street da nombre a un bar cargado de decoración rococó en el que sólo es posible respirar tranquilidad, gracias en parte a sus sesiones de cine mudo y de música en directo a cargo del pinchadiscos residente.