Volcanes que sí se pueden visitar
Cinco propuestas para explorar algunos de los cráteres activos más atractivos del planeta
La erupción en Islandia del volcán situado bajo el glaciar Eyjafjallajökull ha devuelto a la actualidad uno de los fenómenos más impresionantes de la naturaleza. Afortunadamente, no siempre se trata de una experiencia peligrosa y en la Tierra hay cientos de cráteres activos que pueden ser visitados por los turistas más intrépidos.
Algunos están más cerca de lo que se piensa y acercarse a ellos no conlleva más que unas pocas pautas de seguridad. Eso sí, es necesario utilizar un calzado adecuado y se recomienda hacerlo siempre bajo la supervisión de un guía especializado.
Kilauea, el más activo del mundo
La isla de Hawai (EEUU) está formada por cinco volcanes: Mauna Kea, Mauna Loa, Hualalai, Kohala y Kilauea. De ellos, el último es el más activo, con una erupción prácticamente constante. Eso significa que, a diferencia del volcán de Islandia, (que sufrió una explosión espontánea), éste emana lava de manera continua e ininterrumpida. Lo hace desde 1983 y, aunque de vez en cuando suelta sacudidas más fuertes, permite acercarse a él lo suficiente como para disfrutar del espectáculo de fuego y magma líquido que brota de su interior.
Los nativos de la isla piensan que el Kilauea es el hogar de Pelé, diosa del fuego y de la violencia, a la cual atribuyen los antojos del volcán. Más allá de la mitología, uno de los aspectos más impresionantes de este cráter es la oportunidad de ver cómo la lava se precipita hacia el océano consiguiendo que el agua del Pacífico hierva a su alrededor.
Etna y Strómboli, dos volcanes en Italia
La última erupción del volcán Etna se registró el 8 de abril de 2010 y aumentó su diámetro entre 10 y 50 metros. Situado en la isla mediterránea de Sicilia, se trata del cráter más activo de Europa. De 3.300 metros de altura, la historia antigua consideraba que en su interior se encontraba la mítica fragua del dios Vulcano. Es raro que pasen más de dos meses sin que presente alguna actividad y, al no estar considerado uno de los más peligrosos, es perfecto para ser visitado. De hecho, además de viviendas, en sus laderas abundan huertos que aprovechan la fertilidad de la tierra volcánica.
El Strómboli, que forma una de las vecinas islas Eolias, sufrió su última erupción en 2007. Desde entonces, cada 20 minutos aproximadamente, el suelo tiembla, el cráter ruge y se produce una espectacular erupción. Para acceder a él es necesario coger un ferry. Otra opción es tomar un barco nocturno desde el que, a una prudente distancia, se puede contemplar de noche la furia del volcán.
Arenal, paraíso en la selva de Costa Rica
En plena actividad desde 1968, el volcán de Arenal, en Costa Rica. Situado en mitad de un bosque tropical lluvioso, lo más atractivo de su visita es la flora y la fauna que bordean su actividad. Además de esto, los años de erupciones estrombolianas han acabado por teñir las aguas de los dos lagos que reposan a sus pies, que hoy en día han adquirido una tonalidad esmeralda que resalta la magia de la experiencia.
Aunque no se trata de uno de los volcanes activos más altos (apenas llega a los 1.700 metros), su geografía escarpada hace prácticamente inviable el intento de ascender a sus laderas, yermas en contraste con la riqueza natural de su entorno.
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Pacaya, fuego en el corazón de Guatemala
Escupiendo lava desde 1965, el volcán Pacaya, situado cerca de la colonial población de Antigua Guatemala (en el departamento de Sacatepéquez) es, quizás, uno de los más preparados para atraer visitantes. Después de cerca de tres horas de recorrido a ritmo medio, es posible acercarse a la cima y precipitar la mirada entre las entrañas de magma que alberga. La caminata puede dividirse en dos zonas de dificultad: una primera, de roca dura, que es relativamente fácil de subir, y otra, la más cercana a la cima, que al estar formada por los restos que emanan de su interior hacen más complicado el camino.
Además del volcán, este viaje permite visitar la Laguna de Calderas. Con una extensión de 35 hectáreas, da cobijo en su interior a un antiguo cráter del que actualmente surge agua potable y al cráter principal del volcán.
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Yasur, en el lugar más feliz del planeta
El monte Yasur está en la isla de Tanna, en Vanuatu, que es un país insular del Pacífico, situado muy cerca de Nueva Caledonia. Este volcán lleva algo más de 100 años activo y las autoridades locales han creado una escala de niveles de accesibilidad (del cero al cuatro) que permiten o no el ascenso a su cima, a algo más de 300 metros de altura. Sólo el grado cuatro prohíbe por completo acercarse al volcán.
Como curiosidad, Vanuatu, con cerca de 200 mil habitantes, fue declarado como el país más feliz del planeta tras una encuesta realizada por la fundación británica de New Economics. Entre las características que resaltaba el estudio se encontraban la afabilidad de su población y la magnífica belleza natural de sus playas, selvas y ríos.
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