Puentes de vértigo
Ruta alrededor del mundo por diez pasarelas no aptas para cardíacos
Artesanales, escuetos, aéreos, espeluznantes, cinematográficos, clausurados, ecológicos, requeteturísticos... EL VIAJERO se va de puente - mejor dicho, de puentes-, para una propuesta tan visual y alternativa, como especialmente taquicárdica.
Un top 10 por los puentes más espectaculares, estéticos... y arriesgados, a lo largo y ancho del globo. Dignos de una escena de riesgo con muchos metros de caída e Indiana Jones como protagonista... ¿Se atreven?
1. Deosai National Park
El más difícil todavía para empezar. Esta literal afrenta contra las más fiables leyes de la física (ver foto superior) se encuentra al norte de Pakistan, en el Valle de Astore, donde se extienden las llanuras del Parque Nacional de Deosai, declarado zona protegida en 1993.
Los atrevidos que quieran poner a prueba su fiabilidad deben tomar la conocida Karakorum Highway, posiblemente la carretera más alta del mundo, que comunica Pakistán y China a través de la espectacular y abrupta cordillera del Karakorum, una estribación con identidad propia dentro del Himalaya.
Literalmente espeluznante en algunos tramos, esta ruta recorre también amplias regiones de lagos, así como las vastas llanuras del altiplano Deosai (al sur de Skardú), el segundo más alto del mundo (4.115 metros de altitud) y en el que hallaremos esta auténtica prueba de fe.
2. Colgados en Nepal
Estribaciones del Himalaya de Nepal. Antes de alcanzar las nevadas cumbres de sus ochomiles, la Arnikio highway, carretera que une la capital Katmandú con Lhasa, principal ciudad del sagrado reino del Tíbet, atraviesa una región de media montaña y grandes cauces.
En los aledaños de esta ruta, nuestro blogger Paco Nadal tuvo la oportunidad de palpar el vacío atravesando este puente colgante (ver foto inferior) durante el seguimiento del titánico Raid Gauloises 2000, una de las pruebas multiaventura más duras del mundo, a través de Nepal y Tíbet.
Guía de Nepal | Blog de Paco Nadal
3. Caminito del rey
Del sagrado reino tibetano a un caminito real, el que inauguró Alfonso XIII -de ahí su nombre- en 1921 y cuelga literalmente sobre las paredes del angosto desfiladero de los Gaitanes, en Málaga. En realidad, se trata de un voladizo y estrecho pasaje (menos de dos metros de ancho) habilitado para facilitar el trabajo de los operarios que construyeron los túneles y vías férreas que atraviesan el cañón.
En medio de este Caminito del Rey un puente atraviesa el cerrado desfiladero, ideal lanzadera para clandestinos practicantes del puenting, pues desde hace años se clausuró el acceso a este colgante recorrido, única forma de llegar a dicha pasarela. No son los únicos (y algo descerebrados) que se saltan el cerrojo, pues algunos escaladores siguen pasándolo mal para poder llegar a algunas de las rutas de escalada que acogen los verticales muros de la garganta.
El Caminito del rey en video | Guía de Andalucía
4. El río del oro
El río Ivalo, de 180 kilómetros de longitud, nace en la región finlandesa de Laponia y desemboca en el lago Inari. En la zona de Kultala se encuentra este impresionante puente, suspendido sobre un río, famoso, en su día, por el oro que transportaban sus aguas.
La zona es hoy de gran atractivo turístico, pesca de trucha, canoa, rafting, senderismo, incluso todavía hay quién se anima a buscar unas pepitas de oro.
5. Puente de San Pablo
El puente de San Pablo, en Cuenca, atraviesa la hoz del río Huécar. Cercano a las famosas Casas Colgadas, mide unos vertiginosos 100 metros. Se construyó en 1902, tras el derrumbe de un puente de piedra que se derrumbó y que unía el Convento de San Pablo con la ciudad.
Más información | Guía de Castilla-La Mancha
6. Los puentes de... Bariloche
A los pies de los Andes, en la frontera entre Argentina y Chile, se sitúa el Parque Natural Nahuel Huapi, que acoge los bosques y los lagos de la región de Bariloche. Los puentes colgantes que se encuentran en esta reserva natural, la más antigua de Argentina, invita a los más intrépidos viajeros a cruzar los cauces que discurren entre los frondosos bosques de estos increíbles parajes.
Los lagos de Bariloche | Guía de Argentina
7. Los rugidos de Sainte-Anne
Las aguas del río Sainte-Anne du Nord, afluente del gigantesco San Lorenzo, horadaron pacientemente la vertical y turbulenta garganta que hoy cruzan tres vertiginosos puentes. Uno de ellos, McNicoll bridge, está dentro de este top 10.
El cañón Sainte-Anne ofrece actualmente un ideal escenario para los amantes de los deportes de aventura, a partir de los 10 años. Además de puentes colgantes y hermosas rutas de senderismo, se puede disfrutar de una poderosa cascada de 74 metros de caída y de una ruta de exploración equipada con vías ferratas y cables de acero, que permite ascender y recorrer las paredes del desfiladero, y cruzarlo por una espeluznante pasarela de manos, mientras el río ruge bajo nuestros pies.
www.canyonste-anne.qc.ca | Guía de Canadá
8. Madera crujiente en Tailandia
Esta pasarela de madera de teka cruza el lago de Sangkhlaburi, ciudad al oeste de Tailandia. En los laterales de esta masa de agua flotan las casas de muchos inmigrantes birmanos que viven en la zona. El puente es toda una experiencia, especialmente cuando la niebla cae a plomo cubriendo el lago, y el final del trayecto parece hacerse interminable, mientras las tablas crujen bajo los pies e incrementan una alarmante sensación de inestabilidad.
9. De árbol en árbol en Brasil
Esta colgante red de pasarelas permite recorrer la reserva natural de Vagafogo sin tocar el suelo. De un árbol a otro, hay que afinar la puntería (mejor no mirar hacia abajo) para no colarse entre los pequeños troncos de madera que conforman tan escuetos puentes. A cambio de la tensión, podremos contemplar y disfrutar desde lo alto de la riqueza ecológica de estos frondosos bosques de la región de Goiás, en el centro-oeste de Brasil.
10. El puente de nunca jamás
Carrick-a-rede rope es un puente colgante que conecta la región de Ballintoy, en Irlanda del Norte, con la pequeña isla de Carrick. Esta estructura, situado a unos 25 metros sobre el nivel del mar, fue originalmente construida por los pescadores de salmones que lo cruzaban para ir al islote en busca de tan preciada captura.
Con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los atractivos turísticos del condado de Antrim. Construido con madera y cuerda, este puente no ha sufrido ningún accidente, aunque se dice que, tras cruzarlo por primera vez, muchas personas no son capaces de repetir la experiencia y prefieren abandonar la isla en barco... Por algo será.
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