Gijón en todos los sentidos

EL VIAJERO te ofrece un itinerario cultural, gastronómico y natural para disfrutar de la esencia asturiana de Gijón en una escapada. Desde paisajes para el deleite de la vista hasta los mejores restaurantes y bares donde degustar sus productos típicos, sin olvidar su pasado romano por la zona de Cimadevilla y alrededores.

La Playa de San Lorenzo (1) es uno de esos lugares que no deben dejar de visitarse. Pasear por la orilla o disfrutar de las vistas es uno de los alicientes de esta ciudad situada en el centro de Asturias. Subiendo por la Escalera Monumental de Acceso a la Playa conocida como la Escalerona, se encuentran los Jardines del Náutico (2), una de las zonas verdes y modernas de la ciudad, cercanos a la Ciudadela de Celestino Solar (3), uno de los modelos de vivienda obrera, construida en 1877 y habitada durante más de un siglo, muy característica de esta Comunidad Autónoma.

Por la calle de Cabrales, se llega a la Torre de los Jove-Hevia y Capilla de San Lorenzo (4), que data de mediados del siglo XVII, es un conjunto arquitectónico de piedra arenisca cuya entrada posterior muestra una fachada realizada a mediados de los años veinte del pasado siglo. Más adelante, otro de los puntos históricos de Gijón es la Antigua Pescadería Municipal (5), construida sobre el terreno donde estuvo el Mercado del Adobo (de comienzos del XIX), y rehabilitada como dependencias municipales en la actualidad.

Un poco más adelante, está la Plaza Mayor (6) donde, además, se encuentra la Casa Consistorial. Este es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, cuyos bajos llenos de tiendas de recuerdos, son espectadores de múltiples eventos y celebraciones de la ciudad así como de los numerosos viajeros que se acercan a los locales de la zona para disfrutar de productos tan típicos como la sidra.

Andando hacia el Campo Valdés se divisan las Termas Romanas (7), un yacimiento-museo en el que se explica el significado de estos restos arqueológicos y exponen el material más característico. Asimismo, se reproduce el recorrido original por las termas.

A la izquierda de estas ruinas romanas está la Plaza de Jovellanos (8), en honor a Gaspar Melchor de Jovellanos, escritor, jurista y político ilustrado español, una figura muy importante para los gijoneses ya que sus aportaciones dieron como resultado el importante crecimiento de la ciudad en diversos aspectos durante el siglo XVII y XVIII. De ahí que sus habitantes digan aquello de "Gijón le debe el mar a Dios y el resto a Jovellanos". En este mismo lugar se alza el Museo Casa Natal de Jovellanos, un palacio del siglo XV convertido en museo del escritor. En el lateral izquierdo del museo se encuentra la Capilla de los Remedios, lugar que conserva el sepulcro de Jovellanos. A pocos metros, la Iglesia de San Pedro Apóstol Mayor donde el político fue bautizado.

Dejando atrás Jovellanos, por la calle Escultor Sebastián Miranda, se llega a la zona de El Lavadero, llamado así ya que era el lugar donde acudían las mujeres a lavar, además de pescadores y otros vecinos del lugar. Muy cerca se halla el corazón de Cimadevilla formado por la Plaza de Arturo Arias (9), popular periodista (Gijón, 1920-1975) del diario local El Comercio y cuyo busto preside el lugar. Los vecinos la conocen como plaza la Tabacalera o el Campu les Monxes (Campo de las Monjas), ya que el edificio de grandes proporciones que destaca en la plaza fue, hasta su desamortización en el siglo XIX, convento de las Madres Agustinas Recoletas, más tarde Fábrica de Tabacos. Este colorido lugar se convierte en centro de reunión de multitud de jóvenes, sobre todo fines de semana y en verano, que aprovechan para disfrutar del sol, la sidra y unas tapas.

Más adelante comienza La Atalaya (10), uno de los lugares más emblemáticos de Gijón. En él se encuentra el Cerro de Santa Catalina en cuyo punto más alto destaca la escultura de Eduardo Chillida, Elogio del Horizonte (11), desde donde el viajero podrá disfrutar de unas vistas inigualables sobre la costa gijonesa, además de los restos de la muralla romana y un poco más al suroeste otra escultura al aire libre, Nordeste (12) de Vaquero Turcios.

Bajando del cerro y paseando por el Puerto Deportivo (13), lo mejor es dirigirse a la Plaza del Marqués (14) por el Paseo Claudio Alvargonzález, no sin antes visitar la Torre del reloj (15) en la calle Recoletas, cuya exposición permanente sobre la historia de la ciudad acercará a los viajeros a otro punto de vista de Gijón. Ya en la Plaza del Marqués, una estatua de Pelayo, inaugurada en 1891, preside la plaza. Se trata de un símbolo para todos los asturianos, ya que fue Pelayo quien expulsó a los árabes de la región y, además, es considerado el rey de Gijón, de ahí que esta escultura de bronce exhiba en una de sus manos el escudo de la villa. En esta misma plaza se puede visitar también el Palacio de Revillagigedo, construido en el siglo XVIII y declarado en 1974 Bien de Interés Cultural, aunque actualmente es la sede del Centro Cultural Cajastur.

Entre la Plaza del Marqués y la calle Trinidad, se llega hasta los Jardines de la Reina(16), otro de los pulmones de la ciudad cuyas palmeras son las encargadas de oxigenar Gijón. Un lugar perfecto para ir a jugar con los niños y disfrutar de un buen paseo por la zona más monumental. Un poco más al oeste se encuentra la Playa de Poniente (17), una playa urbana frecuentada por nudistas y naturistas en verano, donde aparte de disfrutar por su paseo marítimo se llega al Acuario (18). Construido recientemente, este recinto permite a sus visitantes conocer al detalle la fauna y flora marina del mundo gracias a sus 60 acuarios.

Ruta cultural por Gijón