Del 'chino' a China
La verdadera gastronomía del gigante asiático nada tiene que ver con el típico restaurante chino de barrio de cualquier ciudad occidental
La mayoría de la gente puede decir que ha probado la comida china sin haber estado en el gigante asiático y es que España, como muchos otros países, está repleto de restaurantes chinos donde se pueden degustar casi todas las especialidades culinarias del país.
Pero al viajar a China, el turista se da cuenta enseguida de que no todos esos platos saben igual ni se cocinan de igual forma. Texturas y olores que nada tienen que ver con la comida china que se puede encontrar en Europa.
Una insignificante especia puede cambiar totalmente el sabor de un plato por lo que es una buena idea volver a probar todo o, por lo menos, pedir cada alimento sin pensar que en su ya conocido sabor. Lo más seguro es que el comensal se sorprenda. Los platos son los mismos, los sabores con matices.
Además las calles están repletas de puestos con alimentos que nunca veremos en un restaurante y que son dignos de probar, como las crepes rellenas de verdura, los palos de melón o los panecillos de huevo.
Pero para aquel que no se atreva con este tipo de puestos, algo más rústicos, tiene algunos hechos y diseñados pensando expresamente en el turista (localizados en la calle Wangfujin), dónde podrá encontrar una estética mucho más europea en ellos pero con alimentos que los propios chinos no se comen: estrellas de mar, escorpiones, gusanos... Pinchos creados para saciar los deseos de exotismo del turista pero que no tienen que ver nada con la realidad gastronómica del pueblo chino. Expectativas, tradición y espectáculo... Cada uno que elija lo que desee llevarse a la boca.
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