11 fotosLuz en la oscuridad de LíbanoLíbano vive tiempos de pobreza, agitación y desastres. La explosión del puerto de Beirut en el verano de 2020 fue un símbolo del desplome de este país. La pandemia dio otro golpe a su pueblo.El País Semanal07 nov 2021 - 10:25CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceUn libanés se fuma un cigarro en Mar Mikhael, un barrio de Beirut conocido por su bulliciosa vida nocturna.Llegué de Pakistán intoxicado de talibanes y burkas, y encontré un país ajeno, de mujeres de silicona y fiestas nocturnas, que con el tiempo se convirtió en mi hogar. Aterricé en Beirut con un paracaídas oxidado, con los miedos de una vida de fotógrafo freelance y con la promesa y el reto de crear una familia aquí. Diego Ibarra SánchezLa boda de Rudy y Mira. Se celebró en Beirut el 17 de mayo de 2020, en pleno confinamiento.Fueron tiempos con más dudas que certezas. Pero poco a poco aprendí que Líbano había dejado de ser un país desconocido para mí. Como fotógrafo colaborador de The New York Times, he sido testigo de su caída y levantamiento, una y otra vez. Desde entonces he vivido su colapso, sus miedos, los fantasmas de la guerra civil, el origen y fracaso de la revolución, el legado y recuerdo de la explosión del puerto, las tensiones sectarias o la falta de electricidad que nos ha sumido en las tinieblas. Diego Ibarra SánchezUna fotografía tomada en los primeros momentos de la llamada revolución libanesa, en octubre de 2019: en una calle de Beirut, una persona traslada un neumático para quemarlo en una barricada. La fotografía es personal; la vida es personal. Después de todos estos años, Líbano me pide que cuente su historia que es también ya mi historia. Por eso, a través de la sinergia con la Universidad de San Jorge de Zaragoza, mi ciudad natal, y de la plataforma FotoEvidence me lanzo a publicar el fotolibro The Phoenician Collapse, apoyado por una campaña de crowdfunding, durante este mes de noviembre, para preparar una edición limitada de coleccionista. Diego Ibarra SánchezEl frigorífico de una mujer llamada Mariam en Bab al-Tabbaneh, un barrio de la ciudad de Trípoli, en junio de 2020, cuando la crisis económica se profundizaba. The Phoenician Collapse traza un recorrido íntimo y visual a través del complicado tejido social libanés durante los últimos siete años de mi vida, en el transcurso de una de las peores crisis económicas que el mundo ha visto desde hace décadas, con la intención de crear memoria y despertar preguntas, mediante álbumes de luces y sombras, de un país que se tambalea en el precipicio. Diego Ibarra SánchezUna noria en Beirut con retratos de la familia Hariri, una poderosa dinastía libanesa.Diego Ibarra SánchezLa explosión del puerto de Beirut, el 4 de agosto de 2020, dejó 217 muertos, 7.000 heridos y más de 300.000 vecinos desplazados de sus hogares, además de disturbios en las calles de la capita libanesa, como refleja esta imagen de aquellos días. Diego Ibarra SánchezUn oso de peluche sobre un coche, dos días después de la tragedia de la explosión del puerto de Beirut, el 4 de agosto de 2020.Diego Ibarra SánchezDos libanesas se toman un selfi en The Grand Factory, en Beirut.Diego Ibarra SánchezProyección en pantallas de un discurso electoral del líder de Hezbolá, el clérigo Hasan Nasralá, ante decenas de miles de seguidores en Baalbek.Diego Ibarra SánchezUna manifestación en octubre de 2019.Diego Ibarra SánchezMahmood, un refugiado sirio de Homs, pide medicamentos a un miembro de la ONG Endless Medical Advantage en un campamento del Valle de la Becá, unos 30 kilómetros al este de la capital. Según datos de Naciones Unidas, Líbano (6.800.000 habitantes) es el país con mayor concentración per capita de refugiados en todo el mundo, la mayoría sirios, más de un millón. Diego Ibarra Sánchez