El flujo de migrantes en el río Bravo no cesa. Casi una semana después, la oleada de haitianos que llegó a la frontera entre Estados Unidos y México sigue en buena parte varada entre Del Río (Texas) y Ciudad Acuña (Coahuila).Teresa de MiguelDado que las condiciones en el campamento situado bajo el puente internacional de Del Río son muy precarias, los migrantes cruzan el río Bravo todos los días para hacerse con alimentos en México. El agua les llega hasta el pecho al regresar del lado estadounidense.Teresa de MiguelVarios coinciden en que las condiciones debajo del puente, al que la prensa tiene el acceso restringido, son “muy malas”. “Los americanos solo nos dan agua y pan”, dice uno. “¿Qué se va a hacer con agua y pan?”.Teresa de MiguelCasi 15.000 migrantes llegaron a estar varados en el puente internacional que separa México de Estados Unidos. Ahora son menos: algunos han sido deportados por la Administración de Joe Biden y otros han optado por volver a Ciudad Acuña, donde otro campamento parece empezar a formarse.Teresa de MiguelUn migrante haitiano duerme en el parque fronterizo de Ciudad Acuña a orillas del río Bravo. El lugar se está convirtiendo en otro campamento, donde algunos buscan cruzar por otro punto o empezar sus trámites migratorios en el país.Teresa de MiguelEn el lado mexicano, las expresiones de solidaridad con la nueva oleada migratoria se suceden. Platos de comida caliente, botellas de agua, elotes. En la imagen, un grupo de mujeres elige ropa de segunda mano que les ha llevado un grupo religioso.Teresa de MiguelUna de las filas más largas en el parque fronterizo de Ciudad Acuña se formó para recibir cortes de pelo gratuitos. "Hace mucho calor", decían. Las temperaturas estos días alcanzan los 38 grados.Teresa de MiguelEn las tardes, muchos de los migrantes que se alojan en territorio mexicano se reúnen para cantar canciones evangélicas.Teresa de Miguel