El día que Milman subió a la gloria
Un no profesional casi desconocido firma un ataque modélico y bellísimo contra la defensa Caro-Kann
Tener un gran talento ayuda mucho para triunfar en el ajedrez de alta competición, pero no es lo único necesario para ello. Un sistema nervioso muy fuerte, resistencia física, gran capacidad de trabajo, buenos entrenadores y recursos suficientes para poder dedicarse al ajedrez profesional son otros elementos poco menos que imprescindibles. Pero un gran talento, el del casi desconocido estadounidense Lev Milman, unido a una buena preparación técnica, sí puede ser suficiente para crear una obra de arte, como la que se glosa en este vídeo.
Milman combinó el ajedrez con sus estudios universitarios en Duke, y ahora lo hace con su trabajo en Deutsche Bank. Pero su nombre estará por siempre en las recopilaciones de partidas muy brillantes, gracias a este ataque ejemplar contra la Defensa Caro-Kann, culminado con extrema belleza.
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