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Amor con fronteras

Separados por la pandemia, unidos para que los Estados les dejen estar juntos

Miles de parejas alrededor del mundo se han movilizado en redes sociales bajo el ‘hashtag’ #LoveIsNotTourism para lograr que los gobiernos levanten las limitaciones de reunificación a personas afectadas por los cierres de fronteras

Julián Manzano, con su novia, ante el templo de Debod, en Madrid. Él vive allí; ella, en Rusia.
Julián Manzano, con su novia, ante el templo de Debod, en Madrid. Él vive allí; ella, en Rusia.
Mariana Gálvez

Antes de la pandemia, la española María Ortega se reunía con su novio Ahmad Abouzeid, que vive en Egipto, cada dos o tres meses, pero con las restricciones de viaje todos sus planes se paralizaron. La última vez que se vieron en persona fue hace ocho meses. “Nos comprometimos hace un año y nuestro plan era que él se viniese a vivir conmigo en junio”, cuenta María, que ha considerado casarse por poderes (un matrimonio a larga distancia) para que su prometido pueda finalmente entrar a España y acabar con el martirio que significa vivir separado de la persona que amas.

Al igual que María y Ahmad, miles de personas en todo el mundo no saben cuándo volverán a reencontrarse. De esta problemática nace Love Is not Tourism (‘El amor no es turismo’), una movimiento creado a finales de junio, que pretende presionar mediante redes sociales a los gobiernos para que levanten las limitaciones a parejas que puedan demostrar un compromiso estable, pese a no haber formalizado legalmente la relación.

El Gobierno español le pide a Ahmad un visado familiar que solo se puede tramitar si ambos pudiesen demostrar que han vivido bajo el mismo techo durante un año, ya que él no puede entrar con visa de turista. “Mi pareja no viene de paseo, él viene a España porque yo soy española, al igual que iría a Suecia si yo fuera sueca, no hay turismo involucrado”, asegura María quien desde hace semanas comparte su historia de amor en Twitter bajo el hashtag #LoveIsNotTourism. Eso le ha ayudado a contactar con más personas que se encuentran en una situación similar. “Todos estamos dispuestos a ayudar, por eso compartimos nuestra situación, seguiremos insistiendo, la esperanza es lo último que se pierde”.

Ahmad Abouzeid es egipcio. María Ortega, española. Han llegado plantearse una boda por poderes para facilitar el reencuentro.
Ahmad Abouzeid es egipcio. María Ortega, española. Han llegado plantearse una boda por poderes para facilitar el reencuentro.

Ante estas protestas, la Comisión Europea pidió a principios de agosto a los países de la Unión Europea (UE) que se permitiese la entrada a las parejas no casadas de los ciudadanos europeos. A esta reclamación se sumó Manuel Muñiz, el secretario de Estado de España Global, que aseguró en Twitter que las parejas de españoles y comunitarios sí podían entrar a España, no obstante, en la práctica todo es bastante más complicado. Al igual que María, el español Julián Manzano sigue sin poder reunirse con su novia con la que lleva dos años de relación a larga distancia.

Ella vive en Rusia y la última vez que se vieron en persona fue hace ocho meses. A ambos también les piden demostrar legalmente un año de relación ininterrumpida. Sin embargo, ellos decidieron aventurarse y comprar un billete de avión de Moscú a Madrid para las próximas semanas, tienen la esperanza de reunirse pronto.

El hashtag #LoveIsNotTourism ya cuenta con miles de publicaciones en Twitter, Instagram, Facebook y Tik-Tok. Además, el movimiento, que ha sido tendencia en redes sociales en las últimas semanas, ya cuenta con su propia página de change.org, en donde acumula más de 6.000 firmas hasta este momento. Según la plataforma de Love Is Not Tourism, solo 12 países permiten que las parejas binacionales se reúnan. “Hay más parejas internacionales de larga distancia de las que piensas, ¡deja que la gente lo vea!”, comparte la página web.

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