Han caminado una veintena de días desde el campo de Bihac por bosques y caminos, la policía en los talones, los zapatos gastados, los pies heridos.ÓSCAR CORRAL“Yo en Trieste escribo y espero a la bora”, afirma Monika Bulaj mientras pasea entre los trenes oxidados. La bora es el viento que azota Trieste y que conforma su carácter.ÓSCAR CORRALBajo la mirada de la estatua de Sisí, Lorena Fornasir lava los pies de los migantes, y los cura con mimo y devoción.ÓSCAR CORRALEn un aula de un chalé suizo en Davos (Suiza), niños y niñas migrantes reciben clase de break dance.ÓSCAR CORRAL“Los espectáculos itinerantes están bloqueados. Todo se ha parado”, dice Giorgia de Franceschi (centro) en un descampado junto a la vieja estación de Trieste.ÓSCAR CORRALLa estación de Campo Marzio, en el centro de Trieste, albergó una exposición de trenes; ahora está cerrada, en proceso de restauración.ÓSCAR CORRALInformciones sobre el virus y lecciones de lenguas en el centro para menores no acompañados y familias en Davos, lugar de encuentro cada invierno de la élite política y financiera global.ÓSCAR CORRALNo hubo casos de coronavirus entre los refugiados de Davos. Cinco familias fueron a vivir a apartamentos prestados por ciudadanos locales.ÓSCAR CORRAL
