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10 preguntas y respuestas sobre la lactancia en tándem

A continuación se analizan algunas de las dudas más frecuentes en cuanto a dar el pecho a más de un hijo

Una madre da de mamar a dos niños.
Una madre da de mamar a dos niños.Archivo
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“Me encantó tener gemelos a pesar de que ya había tres críos de menos de cinco años correteando por la casa. Vivíamos en una casa antigua, enorme, en una finca de dos hectáreas. Mi momento favorito del día era por la mañana, cuando me tumbaba en la cama a amamantar a los gemelos, uno a cada lado; luego llegaban sus hermanos y se metían debajo de la manta, y los perros también. Y yo allí, sepultada en carne y ruidos, los pensamientos se desparramaban por todas partes”. Esta escena que narra Jane Smiley en Un amor cualquiera (Sexto piso) describe lo que sería una lactancia con múltiples, que es aquella que se da con bebés de la misma edad y que en este caso compartían Joe y Michael, según cuenta Rachel, la protagonista de la novela. En el caso de que la lactancia sea con criaturas de edades diferentes, entonces hablamos de lactancia en tándem y, en general, suele ocurrir cuando amamantando a su hijo o hija, la madre vuelve a quedarse embarazada y decide no interrumpir la lactancia. Después, una vez nace el siguiente bebé, mantiene la lactancia con ambos.

Si bien para unas mujeres la lactancia en tándem puede ser una experiencia feliz y que encaje a la perfección en sus rutinas familiares, haciéndolas incluso más fáciles, para otras puede ser una experiencia agotadora y estresante, en la que se sucedan momentos de agitación por amamantamiento. O se pueden vivir ambas experiencias al mismo tiempo. La ambivalencia materna siempre presente.

Conocer otras experiencias, analizar nuestras circunstancias y disponer de información pueden ser aspectos que nos ayuden a tomar una decisión. Luego, la vida, que nos pone en el camino circunstancias con las que a lo mejor no contábamos: que el pecho esté tan sensible durante el embarazo que la madre destete al mayor antes de que llegue el hermano, que el mayor se acabe destetando por iniciativa propia durante el embarazo, que aunque la idea inicial sea mantener el tándem un tiempo se termine disfrutando de la experiencia años… A continuación se analizan algunas de las dudas más frecuentes en cuanto a la lactancia en tándem.

¿Cuáles son las mayores dificultades que se encuentran las madres para poder practicar una lactancia en tándem?

Desde la experiencia de Inma Mellado, IBCLC y presidenta de la Asociación Española de Consultoras Certificadas en Lactancia Materna (ILCA), la mayor dificultad que encuentran las madres que desean amamantar en tándem es la presión social. “Incluso madres que están disfrutando de esta experiencia ven ensombrecido dicho disfrute por las críticas que reciben”, señala.

Añade Myriam Triana Junco, pediatra-neonatóloga, IBCLC y autora del blog A demanda, que en lactancia aún tenemos mucho que aprender: “Desgraciadamente, todavía no está en absoluto normalizada la mal llamada “lactancia prolongada” ni mucho menos la lactancia en tándem. Sí creo que en la última década estamos tomando poco a poco más consciencia de la importancia de amamantar y de sus beneficios; cada vez veo más familias interesadas y más madres que llevan su lactancia más allá de lo “socialmente” aceptado”. Ocurre que en España no hay un sistema oficial de monitorización y seguimiento de la lactancia que permita a los profesionales analizar con exactitud la práctica de la lactancia materna pero según señala Myriam Triana “los casos de lactancia en tándem son probablemente muy pocos, no solo debido a la falta de apoyo y poca formación por parte de los profesionales, bajas insuficientes o poco soporte familiar, sino también a que de los niños que siguen mamando cuando su madre se embaraza, más de la mitad se destetan durante el embarazo, pues la producción de leche materna disminuye mucho”.

En cuanto a cuestiones técnicas, la práctica de lactancia en tándem, según Mellado, “las mayores dificultades surgen para encontrar la manera cómoda de amamantar a ambos hijos a la vez, del deseo de satisfacer las necesidades de ambos o las dudas por el bienestar del bebé más pequeño. Y en todas ellas, sobrevolando, las dudas del entorno, que muchas veces acaban haciendo dudar también a la madre que amamanta”.

¿Hay que tener alguna precaución o tomar algún tipo de medida cuando se está embarazada y se amamanta a otro niño?

Un estudio comparativo de la lactancia materna durante el embarazo realizado en 2012 analizó el impacto en los resultados maternos y neonatales. Los resultados sugieren que la lactancia materna durante el embarazo normal no aumenta las posibilidades de resultados adversos maternos y neonatales.

Según explica Inma Mellado, si no se trata de un embarazo de riesgo no hay ningún problema por continuar con la lactancia materna durante el embarazo. “Incluso en embarazos con ciertas complicaciones puede ser compatible la lactancia y el embarazo teniendo en cuenta cada circunstancia concreta. Son pocos los casos en los que realmente sería incompatible”, apunta. La aparición de sangrados vaginales o de contracciones uterinas dolorosas y activas durante la succión del bebé o que el cuello del útero esté acortado y empiece a dilatarse antes de que el embarazo llegue a término, pueden ser algunos de esos casos poco frecuentes.

Después, cuando llega el bebé, ¿en qué casos no es recomendable la lactancia en tándem?

Responde Alba Padró Arocas, que únicamente en caso de que la madre no lo quiera, o no lo vea como una opción. “Si tiene miedo, no le apetece o cree, a priori, que la situación le va a superar, quizá es mejor no intentarlo”. También añade circunstancias particulares como casos en los que la madre solo amamante de un pecho, “algo que puede dificultar el tándem”.

En el caso de la lactancia en tándem con un bebé y un niño más mayor, ¿la leche materna se adapta al bebé o al mayor?

Desde el momento en que ocurre un nuevo embarazo, el cuerpo de la madre se enfoca en la nueva criatura. Tanto es así que desde las primeras semanas la madre puede experimentar sensaciones inesperadas como cierto rechazo a que su bebé mayor mame. La cantidad de leche que produce la madre también sufre un descenso especialmente a partir del segundo trimestre de embarazo y cuando se acerca el momento del parto la madre produce calostro, aunque hay ciertas evidencias de que puede ser más cuantioso y algo diferente del que segregaría si no estuviera amamantando a otro bebé”, explica Inma Mellado. Tras el nacimiento, según la IBCLC, ocurre lo mismo, la leche que hay está orientada a la supervivencia del más débil, que es el recién nacido, y por lo tanto la madre comenzará segregando calostro, leche de transición y después leche madura.

Aunque muchas mujeres se plantean la lactancia en tándem, lo cierto es que una vez llegado el momento deciden finalmente que la situación les supera: ¿se puede destetar al mayor mientras se continúa amamantando al pequeño?

Según Alba Padró Arocas, las pautas de destete son las mismas en todos los casos: “En caso de destetar al mayor en un destete en tándem lo que necesitamos es mucha ayuda de la familia. Los hermanos mayores suelen estar muy animados después del nacimiento de su hermano pequeño y al haber tanta leche para ellos es un festín, por lo que pueden estar más motivados para mamar, ¡y maman mucho! A veces más que el pequeño. Por esto es tan importante que la familia se pueda ocupar del hermano mayor, creando un calendario de actividades y diversión asegurada”.

En este proceso, explica Padró que cuando el niño mayor pida el pecho, se le puede dejar que mame unos minutos determinados y luego que un miembro de la familia (que puede ser la pareja) le proponga hacer algún tipo de actividad: jugar a algo que le guste, salir al parque, cocinar algo divertido... “El objetivo es intentar que el tiempo que pase en el pecho sea cada vez menor, reduciendo poco a poco los tiempos y facilitando así el proceso de destete”. Considera también que se puede reforzar todo esto con cuentos específicos para el destete y, por supuesto, siempre con mucha paciencia. “La paciencia es clave en estos momentos, al igual que la empatía hacia lo que está viviendo nuestro hijo: la llegada de un hermano o hermana, tener que compartir a mamá, dejar la teta...”, declara.

En el caso de que el pequeño no esté ganando peso: ¿Puede ocurrir en algún caso que sea consecuencia del tándem o realmente existen otros problemas para que esto ocurra?

“Lo más habitual es que en un tándem haya sobreproducción, que la mujer produzca leche para sus dos hijos en cantidades importantes”, cuenta Alba Padró. Si ocurre que hay un problema real de ganancia de peso, explica Padró que puede pasar que el pequeño tenga una succión débil o ineficaz, que esté muy dormido o poco activo y que esto haga que gane poco peso. “Si detectamos cuál el problema es importante solventar las dificultades lo antes posible, y esto no pasa siempre por destetar al mayor, ya que su succión nos ayuda a mantener al alza la producción de leche. Podremos extraer leche y ofrecérsela al pequeño mientras todo se va solucionando”, apunta.

¿Qué ventajas puede tener la lactancia en tándem para la madre y para sus criaturas?

Para Myriam Triana Junco la lactancia en tándem tiene una ventaja importante para la madre en el posparto y es que la ingurgitación es suavizada por el niño o niña mayor, que vacía muy bien el pecho. Además, considera que el inicio de la lactancia puede resultar más fácil.

En cuanto a los niños, señala la experta que los recién nacidos suelen perder menos peso tras en el nacimiento en los casos de lactancia en tándem y las crisis de crecimiento también parecen notarse menos en ellos pues “siempre hay leche disponible y la producción aumenta más rápido”. En cuanto al niño o niña mayor, Triana manifiesta que es habitual que quieran mamar casi siempre que lo hace el bebé como una forma de “sentirse cerca de su madre y de sentirse integrado”. Incluso a muchas madres la lactancia en tándem les sirve como una forma de evitar o apaciguar los celos entre hermanos. ¿La cara B? Que ese aumento de la frecuencia, que también ha apuntado Padró, suponga cierto agobio o rechazo para la madre que amamanta.

El niño o niña más mayor, ¿pueden tomar el calostro que llega después del parto?

El calostro ni es “malo” para el niño más mayor ni va a dejar al pequeño sin él, ya que habrá suficiente para ambos. Según explica Myriam Triana Junco, cuando la lactancia se continúa durante el embarazo se observa una bajada importante de la producción de leche en torno al tercer o cuarto mes (motivo por el cual muchos niños se destetan), y no parece ser hasta unos días antes del parto cuando aparece el calostro. “Se han realizado estudios analizando la composición del calostro de mujeres que no dieron el pecho durante el embarazo frente a otras que si lo hicieron y no hay diferencias en cuanto a su composición. Y por supuesto que el hermano mayor puede tomar el calostro, le aportará muchos beneficios (recordemos que el calostro tiene gran cantidad de inmunoglobulinas y a menudo nos referimos a él como la primera vacuna)”.

¿Cómo deben organizarse las tomas en el caso de que haya un bebé y un niño más mayor?

Uno de los miedos más habituales de las madres que realizan lactancia en tándem es que no produzcan suficiente leche para el recién nacido, pero esto no sucede. “El mayor no va a dejar sin calostro al más pequeño por mamar durante el embarazo ni tras el parto; y tampoco va a dejarle sin leche más adelante; más bien al revés, va a permitir que la cantidad de leche aumente rápidamente y el recién nacido tenga leche de sobra. A mayor estímulo, en este caso la succión, mayor producción”, insiste Myriam Triana Junco; quien añade que, no obstante, algunas madres deciden “organizar” las tomas, bien dejando un pecho para cada hermano –­sin que esto sea un problema­–, o bien ofrecen primero al bebé y luego al mayor para individualizar la atención.

¿Y la alimentación de la madre que amamanta en tándem? ¿Debe ser especial o distinta por esta circunstancia?

La alimentación de la madre que amamanta en tándem no difiere de la que amamanta a una sola criatura, de hecho, apenas difiere de la de cualquier otra mujer: una dieta saludable, sin que la lactancia implique ingerir raciones más abundantes o evitar algunos alimentos. Según recoge Julio Basulto, dietista-nutricionista, en Mamá come sano, conviene seguir una dieta sana para proteger nuestra salud y dar ejemplo a nuestros hijos pero la alimentación de la madre no interfiere en la composición de su leche. Hay otra cuestión: ¿se debe ingerir más cantidad de líquidos? Tampoco. Según un documento publicado por la OMS en 2001 titulado Healthy Eating During Pregnancy and Breastfeeding, las mujeres que amamantan deben beber la cantidad que necesitan para satisfacer su sed, igual que cualquier otra persona que no

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