¿Cómo se puede confinar la FP?
Centros y profesores buscan formas de volver a dotar al aprendizaje vocacional de su mayor fortaleza: el aspecto práctico
Peleando lleva años la formación profesional para que se la reconozca como una educación necesaria. Había ganado puestos por su carácter práctico y la cercanía a la empresa. Pero la crisis de la covid-19 ha sido un varapalo para la FP dual, la que complementa los estudios en el aula con la empresa, porque los alumnos, ante el cierre de la industria y los servicios, se han quedado en tierra de nadie. La digitalización, la realidad virtual y la resiliencia de escuelas y empresas han marcado la diferencia para los alumnos que se enfrentaban a su último trimestre de estudios.
"El mayor atractivo de la formación profesional es la práctica. Casi todos los que pasan por una empresa durante sus estudios se quedan contratados. Se les han ofrecido simulaciones desde las escuelas o retrasar las prácticas. Pero esto no solo les quita interés y sentido, sino que los que quieren enganchar con un grado universitario pierden un año", apunta Silvia Robador, directora de formación profesional de la escuela de negocios IMF. Desde la Comunidad de Madrid confirman que, ante la situación, "los alumnos han optado en su mayoría por esperar a realizar sus prácticas cuando las condiciones sanitarias lo permitan, aunque esto suponga titular un año después", cuenta Alfonso Mateos, subdirector general de Centros de Formación Profesional y Régimen Especial.
Escuelas privadas como IMF hicieron la transición casi inmediata a su campus en línea. "Esto ha sido posible porque impartimos módulos de administración, finanzas y tecnológicos. Los estudios vinculados a otras industrias lo han resuelto peor", resume Robador. Ni las profesiones sanitarias (incluida la química), ni las de cuidados a la dependencia han perdido ritmo, asegura Mateos, y los alumnos de hostelería se han insertado en "menús para repartir en las familias desfavorecidas". Los de fabricación mecánica han tenido salida en "la fabricación de respiradores".
Para este representante público, "la crisis sanitaria ha puesto en valor la formación en los centros de trabajo y la idea de que la FP funciona". Y de hecho, para él, "hace falta más formación profesional en todas sus modalidades, más proyectos propios, más plazas y más programas de especialización". "Son necesarios los profesionales con competencias para hacer frente a los desafíos sanitarios, ambientales y tecnológicos", asegura, y aboga por "aumentar el prestigio de esas enseñanzas y sus alumnos". Para lo que se hace necesario "que los centros docentes cuenten en sus instalaciones con minifactorías".
Y si la escuela no puede tener de momento estas instalaciones, al menos que la empresa se ponga a ello. La Cámara de Comercio Alemana, que ha estado lanzando seminarios online con casos prácticos de empresas estas semanas, destaca el de la empresa de ingeniería Deutz Spain, en Trujillo (Extremadura), que, además de tener su propia escuela de negocios, que no ha parado, consigue dar formación práctica a los chicos gracias a Internet. "La gamificación y la realidad virtual para centros y empresas han cobrado gran importancia y se ha podido dar continuidad a ramas técnicas y procesos productivos", apunta Tanja Nause, directora de formación del ente alemán. Para ella, "la digitalización forma parte de las enseñanzas de la covid-19. Y eso no significa que los alumnos tengan ordenador en casa, sino mantener la comunicación para una formación a distancia innovadora". Asimismo, en su opinión, "tanto las empresas como las escuelas que ya habían hecho este cambio al online han sido más ágiles en esta crisis". Y refuerza la idea de que las escuelas necesitan "más autonomía".
La motivación es clave
Algo que se ve muy representado en la escuela pública, que ha hecho un esfuerzo "difícilmente valorado, angustioso, con un exceso de trabajo", resume Mercedes Manzanares, directora del IES Clara del Rey. El centro público es uno de los más avanzados de la Comunidad de Madrid en el uso de las TIC y los medios digitales; de hecho, el área de informática es, según Manzanares "la que mejor experiencia ha tenido". Pero, en su opinión, adaptarse diariamente al aula virtual "no ha sido fácil". "A veces se bloqueaba y además tienes que acostumbrar a los profesores y motivar a los alumnos, que se han quedado desorientados y se han perdido clases a pesar de que hemos salvado el curso".
Misma sensación que comparte Luis García Domínguez, presidente de la Asociación de Centros de FP FPEmpresa, que agrupa a más de 270 institutos de toda España, tanto públicos como privados. García incide en el "ingente esfuerzo del personal por sacar adelante el curso" y exige "una urgente inversión en los centros, en tecnología y en personal especializado". "Muchas plataformas no han servido; han faltado herramientas virtuales de las maquinarias, equipos y licencias, necesarios para capacitar a los alumnos". Es por lo que, para su colega del Clara del Rey, "la FP no puede mantenerse solo con la formación online".
Y si en grandes ciudades ha habido dificultades, el reto ha sido mayor en comunidades con gran dispersión geográfica. Para Agustín Francisco Sigüenza Molina, director general de FP, Régimen Especial y Equidad Educativa en Castilla y León, "la crisis nos ha puesto ante el espejo, mostrando la cara más vulnerable del sistema educativo: la presencialidad". Para él, "urge un cambio de modelo productivo que apueste por la sostenibilidad en el medio rural y un cambio de modelo territorial que posibilite la creación de polos de innovación en todas las provincias, adaptados a los potenciales diferenciales". Y en ese sentido, tener una FP que se adapte a eso de forma "flexible, innovadora, colaborativa y abierta". Algo que comparte Juan José Juárez, de la Fundación Bertelsmann, que apuesta por "remar a favor de innovación y dotar de mayor presencia a modelos mixtos como el llamado blended learning, que combina formación teórica con soporte digital y formación práctica en situaciones reales de trabajo".
El impacto en Alemania
En España, la formación profesional adolece, históricamente, de prestigio. Y eso es algo que en Alemania no ocurre, más bien lo contrario. No solo atraen más talento, sino que tienen mayor control sobre este tipo de estudios. En el marco de la covid-19, el Instituto Federal de Formación Profesional (BIBB, en sus siglas en alemán) ha publicado un estudio sobre el impacto de la crisis en la modalidad dual. "Se estima que caerá el número de alumnos de esta formación entre un 5% y un 10%, pero no se cree que pueda repercutir en el desempleo juvenil. Sí que se cree que muchos de los alumnos elegirán la universidad. Además, los sectores de la gastronomía y la hostelería serán castigados", asegura la portavoz de la Cámara de Comercio alemana. En cuanto a los riesgos y escenarios de la situación, el BIBB recomienda "que las empresas sigan apostando por la FP dual" y mantiene que deberían ser incentivadas con ayudas estatales específicas para la pandemia.
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