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¿Cómo elegir colegio para tu hijo? Manual para no perderse entre tanta pedagogía

Analizamos las principales corrientes educativas que usan los centros para atraer nuevos alumnos

Libros en el interior de un aula del Colegio Nobelis de Valdemoro.
Libros en el interior de un aula del Colegio Nobelis de Valdemoro.Óscar J.Barroso (AFP7)

La crisis del coronavirus ha puesto patas arriba nuestras vidas desde hace dos meses. Aunque poco a poco vamos avanzando hacia la nueva normalidad. Prueba de esos avances es la apertura de los plazos de matriculación para la admisión de nuevos alumnos en centros de enseñanza sostenidos con fondos públicos. En el caso de la Comunidad de Madrid se podrá hacer del 19 de mayo al 5 de junio, ambas fechas inclusive. Habrá que hacerlo además, salvo imposibilidad, de forma telemática.

A pesar de que este año se han suspendido las jornadas de puertas abiertas, se abre igualmente en estos días un periodo especialmente tenso, difícil, estresante y complicado para muchos padres. La elección del colegio donde los niños van a pasar varios años de su vida, se ha convertido en los últimos años en una decisión tan importante, que muchos progenitores la viven con verdadera angustia por temor a equivocarse y truncar así el futuro de sus hijos.

La oferta es extensa, rica, variada y a veces desconcertante. El marketing ha invadido también un proceso que antes se abordaba con mayor naturalidad. Los distintos centros educativos pugnan entre ellos por presentar en sus anuncios, carteles y otros medios para difundir su producto de la manera más llamativa y atractiva.

En esta rivalidad educativa, surgen por encima de todo las distintas pedagogías que se siguen en los colegios, y que suelen presentarse en muchas ocasiones precedidas de la palabra innovadoras. Trabajo por proyectos, aprendizaje cooperativo, las inteligencias múltiples, la flipped classroom, escuelas Montessori, Reggio Emilia, aprender haciendo, educación integral, gamificación, coeducación, centros de interés, …

Lo que sigue a continuación es un breve manual no exhaustivo elaborado para que los padres entiendan y sepan manejarse con estos conceptos. Esperamos que después de leerlo, sea más sencillo elegir el colegio de sus hijos. Hemos contado para hacerlo con la asesoría de dos expertos. La primera es Sara Ramos, profesora titular de Historia de la Educación de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que nos explicará las innovaciones educativas surgidas a finales del siglo XIX y principios del XX.

El segundo es Daniel Pattier, investigador y profesor de didáctica e innovación curricular y teoría de la educación en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), y director del máster de programación e implementación de proyectos educativos en la Universidad CEU Cardenal Herrera. Él nos ayudará a conocer aquellos métodos más recientes y actuales que también forman parte de la oferta educativa.

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Lo primero que hay que saber es que algunos de estos conceptos no son nuevos ni innovadores. Varios de ellos fueron creados y pensados por sus autores a finales del siglo XIX o en la primera mitad del siglo XX. Ninguno de ellos está pues vivo, y desde luego, no han conocido los cambios radicales que se han producido en la sociedad en los últimos 30 años como consecuencia de los avances tecnológicos, científicos y sociales.

“A finales del siglo XIX se produce un movimiento internacional” que lanza dos ideas en el mundo de la educación, cuenta nuestra experta. “Lo que hay no sirve y hay que lanzar otras propuestas”, añade. Nace entonces la “escuela nueva”, dice, y estos nuevos conceptos comienzan a extenderse por la mayoría de los países.

En España, la dictadura de Franco supone, como en otros campos, un frenazo a estas innovaciones. Se vuelve entonces a la educación tradicional y se pierden varias décadas. “Solo a finales de los años 60 empieza un movimiento de renovación pedagógica por parte de muchos maestros, primero en Cataluña, y después en el resto de España”, resume Ramos. Se recupera entonces todo el legado de esa escuela nueva.

Estas son las principales entradas de nuestro manual para no perderse.

1. El maestro como mediador, la coeducación y la investigación de la Institución Libre de Enseñanza: los planteamientos de la Escuela Libre de Enseñanza, nacida en nuestro país en 1.876, supusieron una verdadera revolución integral de la educación que se anticiparon a las pedagogías internacionales. Entre ellos, Ramos destaca algunos tan actuales “como la libertad como principio básico, el maestro como mediador que acompaña al niño en su conocimiento, la coeducación, salir del aula, la investigación o la atención a la formación afectiva, moral y física de los estudiantes”. Muchos de estos conceptos están hoy en día repartidos por muchos centros educativos. Específicamente pueden encontrarse en el Colegio Estudio.

2. Trabajo por proyectos y aprender haciendo con John Dewey: este pedagogo estadounidense (1859-1952) es una de las “figuras más importantes de la renovación educativa y social”, según Ramos. Tres son sus principales innovaciones: “El maestro como acompañante, el alumno que aprende de forma activa y el acceso a ese conocimiento lo hace a través de la investigación”. Consecuencia de esto surge entre otros conceptos el learning by doing o aprender haciendo o el omnipresente aprendizaje basado en proyectos, que tantos y tantos colegios aseguran usar en sus procesos de aprendizaje.

3. Trabajo cooperativo y Celestine Freinet (1896-1966): a este maestro francés hay que adjudicar bastante de las técnicas que todavía se usan habitualmente en muchos colegios. La más importante de ellas para Ramos es “el trabajo cooperativo”. Fue también el inventor de las asambleas con las que empiezan muchos niños su día de clase, la correspondencia escolar, la imprenta escolar o el texto libre.

4. El aprendizaje a través del juego de María Montessori: esta pedagoga italiana (1870-1952) propugnaba la libertad de los niños para autoeducarse. Creó ambientes adaptados al niño, y no al revés, con toda una suerte de materiales para que aprendieran. “El juego y la experimentación son dos herramientas fundamentales en ese camino”, asegura Ramos. Pensado por Montessori solo para la etapa infantil (3 a 6 años), nuestra experta piensa que “los colegios que utilizan este método fuera de esa etapa, lo que hacen es una adaptación” de un sistema que su creadora no concibió fuera de esas edades.

5. Los centros de interés y Ovide Decroly: a este pedagogo belga (1871-1932) se le ocurrió observar al niño y dejar que ellos decidieron cuáles eran los temas que más les interesaban. Surgieron así los centros de interés: “Desde lo global se desarrollan los asuntos que más interesan a los alumnos, cubriendo todos los aspectos hasta llegar a lo concreto”, explica la profesora. El colegio Brot de Madrid sigue los postulados de Decroly.

6. El desarrollo emocional del niño en Reggio Emilia: Loris Malaguzzi, maestro italiano (1920-1994) es el impulsor de esta pedagogía dirigida también a la educación infantil. “El niño aprende mediante la curiosidad, el juego y la música”, explica Ramos. Todo está centrado en sus intereses personales, en su desarrollo emocional.

7. Sin libros, sin exámenes y sin tecnología en Waldorf: Vivirse en libertad es el lema de esta pedagogía creada por el austriaco Rudolf Steiner (1861-1925) y que en 2019 cumplió 100 años. “El aprendizaje se crea a partir de la idea de comunidad, formada por la escuela, los alumnos y las familias, que forman un todo”, explica Ramos. A partir de este concepto y centrándose sobre todo en el cuerpo, el arte y los trabajos artesanales, se desarrolla la formación del niño, en la que se le da mucha importancia a su autonomía y su propia individualidad. En Madrid está la escuela Micael, que sigue estas enseñanzas.

Hasta aquí las principales corrientes pedagógicas surgidas en los siglos XIX y XX, y que todavía son sustento de muchas ofertas educativas de los colegios en 2020.

Otras pedagogías con las que familiarizarse

Es el momento de dar un paso más y presentarles otras didácticas con las que necesitan familiarizarse. Tienen la particularidad de que han surgido ya en los últimos 30 años, o al menos, han experimentado un proceso de adaptación a esta época en la que vivimos. Son ideas pegadas pues a estos nuevos tiempos de profundos cambios sociales, científicos y tecnológicos. Son también ideas que nacen firmemente unidas a un nuevo paradigma educativo.

1. Howard Gardner y las inteligencias múltiples. La teoría de este psicólogo norteamericano (Pensilvania, 1943) sobre la existencia de hasta siete distintos tipos de inteligencias, que luego aumentó a ocho, formulada en un libro que publicó en 1983, es uno de los mantras omnipresentes que se repiten en muchos colegios. Su idea de que las personas no tienen una sola inteligencia, sino una diversidad de ellas (lingüística, lógico-matemática, visual-espacial, musical, corporal, interpersonal, intrapersonal y naturalista) se aplica en la educación actuando de forma específica para potenciar las características propias de un alumno y fortalecer otras no tan desarrolladas. El boom que ha vivido esta teoría en tan poco tiempo se explica, según Pattier, porque "surgió en un momento en el que también se abrió el melón de la neurociencia", aunque señala que "luego no ha habido evidencias científicas" sobre ella.

“Fuera ya del mito que supone esta teoría, lo interesante de ella es la idea”, asegura Pattier. “Lo que llevamos después a los colegios es trabajar sobre las capacidades. Tenemos diversas dentro de nuestra inteligencia”. Esto supone, que en los centros se trabaja sobre las competencias y se relaciona mucho con los estilos de aprendizaje. “Hay niños que aprenden más visualmente, musicalmente o de una determinada manera”, cuenta, “y desarrollan proyectos que tienen en cuenta las diferentes capacidades de los alumnos”. Una correcta aplicación de esta teoría a la educación exige una buena programación en la que “se van tocando todas y cada una de las capacidades, pero no en todos los contenidos”. Influye también, dice nuestro experto, “en la forma de evaluar, más flexible y unida a los talentos de los alumnos”. Formas diversas de evaluar y trabajar en el aula de manera más transversal son dos de las consecuencias más positivas de la misma.

2. Los hermanos Johnson y el aprendizaje cooperativo. David y Roger Johnson (Indiana, 1940 y 1938) cogieron el testigo de Freinet y fueron los primeros en "establecer unas pautas y sistematizar el trabajo cooperativo", afirma nuestro experto. En ellos se encuentran las pautas de lo que hay que hacer para hacer un sistema educativo basado realmente en el trabajo cooperativo. Pattier señala que esta idea se puede trabajar de "muchísimas maneras" y que, según su experiencia, cada colegio lo aplica de una forma. "Poner cuatro mesas e identificar los roles solamente no es trabajo cooperativo", afirma. "Grupos de niños donde los papeles se sorteen verdaderamente, eliminar la competición entre ellos, sumar los esfuerzos de cada uno para lograr el objetivo y una programación específica", definen una auténtica cooperación para nuestro experto.

3. Flipped classroom o clase invertida. Jon Bergmann (Chicago, 1964) y Aaron Sams son los creadores del modelo educativo de la clase invertida: los alumnos estudian la materia en su casa, generalmente mediante un vídeo, que el profesor va a ver con ellos al día siguiente en clase. De esta manera, este usa la lección para resolver dudas, profundizar en los conocimientos y responder las preguntas de los alumnos. "Los contenidos se adquieren fuera del aula y es fundamental que el profesor organice bien la asignatura para aprovechar que los niños ya se saben la lección", asegura Pattier. "Bien hecha es de las metodologías más potentes", concluye.

4. Aprendizaje servicio. Dice Daniel Pattier que este método "se viene utilizando toda la vida", pero ahora se le "está dando un nuevo impulso". Se trata de "unir el currículum a un trabajo social o un servicio a la comunidad", que se puede desarrollar en pequeños planes repartidos en las distintas asignaturas, o bien en propósitos prolongados en el tiempo. Por ejemplo, una idea que se lleva a cabo durante el curso y en la que participa todo el colegio. Medioambiente, mayores, discapacidad, limpieza, agua, etcétera, los temas son variados y dependen mucho de los intereses de profesores y alumnos o de dónde esté situado el centro educativo. Aprender y ayudar caminan unidos en un viaje solidario en que participan los alumnos de manera transversal.

5. La gamificación para motivar a los alumnos. El origen de esta práctica hay que buscarlo, relata Pattier, "en la antigua URSS y en la búsqueda de nuevas formas de motivar a sus obreros y trabajadores para que fueran más productivos". De ahí "ha ido saltando a otras áreas hasta llegar al aprendizaje con el objetivo de mejorarlo". Crear una "atmósfera de motivación" a través de distintas prácticas es su finalidad. "Un niño que está motivado es un niño que aprende" destaca este investigador. "Tiene mucha potencia y tirón en primaria y secundaria e incluso en la universidad".

6. Design thinking, visual thinking, teaching thinking. Pensamiento de diseño, pensamiento visual y aprendizaje basado en el pensamiento son metodologías, explica Pattier, que lo que hacen es "sistematizar una estructura para trabajar, una estructura de pensamiento". Estas nuevas maneras de trabajar plantean una forma de aprender en educación. "Está bien porque los niños tienen muy claro lo que tienen que hacer en cada asignatura", explica y añade "que yo no me decanto por una u otra. Se puede usar todas o la que uno elija".

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