
Luchadores contra la pandemia
Pelean duramente y durante horas en primera línea de fuego contra un patógeno que ha alterado la vida del planeta entero. Son algunos de los profesionales de la salud a los que aplaudimos cada tarde

“Se están incrementando las partidas de platos para pacientes con coronavirus, y también para el personal que se ocupa de ellos y trabaja más horas. De este modo, los profesionales salen lo menos posible del hospital y pueden contener un poco esto”.





"De la noche a la mañana hemos tenido que adaptar todo el servicio para ponernos a diagnosticar como locos muestras de pacientes sospechosos de coronavirus", explica. La epidemia llegó de pronto. Hubo que reaccionar a toda velocidad. "Tenemos una gran afluencia de muestras por lo que todo el servicio está colaborando: estamos funcionando como una gran familia".

Hospital La Paz-Carlos III, Madrid. La doctora Trigo hace un hueco en un día de locos. La llegada de pacientes no cesa. Y le toca estar en la trinchera: "Justo hoy me pilláis en la lucha. Estos días me dedico a la asistencia clínica de los pacientes positivo y de las personas sospechosos de padecer la enfermedad". Añade que ella y sus colegas están ocupados en "mejorar la asistencia a los pacientes y a los familiares de aquellos que pueden fallecer por esta enfermedad". Lo hacen "para dignificar y humanizar" la situación.

Marín es médico y paciente. "Desde hace nueve meses padezco una patología tumoral con cáncer de colon y metástasis en el hígado. Eso no impide que siga trabajando igual que ahora. No soy ningún héroe. Hago lo mismo que antes: intentar abastecer con sangre Sevilla, la provincia, y, si es posible, Andalucía entera". "Necesitamos que diariamente donen 300 personas, antes y ahora. Van a seguir existiendo patologías que necesiten sangre: trasplante, cánceres, leucemia, accidentes… A coordinarlo todo me dedico desde casa".

Trabaja en el servicio de microbiología, donde se viven días "intensos". "Recibimos todas las muestras para el diagnóstico. Estamos entregados todo el servicio, codo con codo". La profesional explica con detalle la tarea a la que se lanza cada jornada con extenuación: "Los técnicos de laboratorio hacemos una función fundamental y poco reconocida. Asumimos un riesgo importantísimo porque tratamos las muestras de todos los pacientes, las descontaminamos y extraemos el ARN a partir del cual se determina si está presente el virus en el paciente. Son técnicas muy minuciosas, que exigen precisión y muchas horas de trabajo". Ahora, en su área están doblando turnos asiduamente. "Ya hemos sufrido alguna baja", lamenta.

Benjumea trabaja en el área de críticos en urgencias. "Estamos preocupados porque se espera un pico de contagios y de casos, pero tenemos ganas de trabajar y seguir manteniendo la sonrisa". Lo suyo es vocación. Como sus compañeros, tiene que adaptarse cada día a nuevos protocolos. Y amoldarse a la escasez de medios. "Hay miedo a contagiarnos. No queremos estar aislados en casa: quiero estar luchando y cuidando. Nací para ser enfermero. Esto no va a pararme a mí ni a mis compañeros. Somos espartanos. Todos al campo de batalla".

"Dada la dimensión del problema, estamos reclutando profesionales de otras especialidades", cuenta.

"Tenemos escasez de materiales, que es lo que más nos preocupa. Nos enfrentamos todos los días a pacientes cuyo diagnóstico desconocemos. Hay muchos que vienen por otras patologías y después dan positivo en coronavirus". Su gran preocupación es el material para los profesionales sanitarios en primera línea del frente contra la pandemia. "Mascarillas, EPI completos… Nos dan una bata y un impermeable para todo el turno. Cada vez que nos vestimos nos exponemos al contagio".

"Mis colegas y yo nos enfrentamos a la crisis del coronavirus sin apenas recursos materiales ni humanos", dice. "Intentamos trabajar en equipo e improvisamos ante la falta de material".

Vive la crisis a bordo de una ambulancia. Dice que le envuelve la incertidumbre: "Sobre todo por no saber cómo evolucionará esto". Siente "inmenso orgullo" por los profesionales sanitarios que están dando no el 100%, sino "el 200%".

Con un humor a prueba de bombas, Tubería dice que está "a tope": "Haciendo todo lo que puedo para superar esta crisis". Su entrega en esta batalla contra el coronavirus es tal que hasta se plantea cambiar de planes laborales. "Este iba a ser mi último mes de trabajo porque me toca jubilarme. Pero si es necesario que me quede, estoy dispuesta a ello". Ese es el sólido compromiso con su misión.

"Nos encargamos de gestionar la plantilla de celadores para que todos los servicios y todos los pacientes puedan ser atendidos y tratados a la mayor brevedad", explica.

La doctora Jiménez forma parte de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias. Ante la crisis del Covid-19 tiene claro que las medidas de emergencia han sido claves para luchar contra la pandemia. “Por eso ha sido tan importante quedarse en casa"."Ahora no solo estamos para acompañaros, cuidaros y curaros. Ahora también estamos para intentar que nuestras vidas, que la vida vuelva a ser igual".

Hace ya demasiados días que el hospital es prácticamente su casa. El centro, explica, ha experimentado una traumática metamorfosis para luchar contra la pandemia: operaciones aplazadas, consultas anuladas… "Todas las personas del equipo estamos ilusionadas por luchar en esta guerra que vamos a ganar". Sabe que no están solos en la batalla: las llamadas, los mensajes y las sonrisas de agradecimiento de los pacientes y visitantes que se cruzan en los pasillos son la gasolina que necesitan para seguir.

Ha atendido a pacientes desde que empezó el brote en su centro: "Ha sido tan rápido que nos ha pillado a todos desprevenidos", dice. A pesar de ello y de las dificultades mantiene el optimismo.

Explica su misión durante el mayor reto sanitario al que se ha enfrentado el mundo en décadas: "Nos dedicamos a apoyar en estos momentos difíciles a los compañeros sanitarios y a cuidar a nuestros pacientes, igual que siempre".

Tiene 47 años y actualmente ejerce funciones de pediatra. "Estamos viendo pacientes, haciendo consultas telefónicas, resolviendo dudas, atendiendo avisos domiciliarios en ambulancias… También hacemos guardias donde vemos diferentes patologías. Este es un punto de urgencias de atención primaria las 24 horas. Durante el estado de alarma se prioriza la atención; la recomendación es asistir solamente en determinadas patologías, sobre todo las leves". ¿Objetivo de esta recomendación? Evitar la sobreexposición al contagio.

Relata un escenario de gran confusión tratando de limar el drama con un poco de sentido del humor: "Los pasillos están llenos de doctores corriendo y tapados; sin etiquetas en los uniformes por lo que nadie conoce a nadie. El hospital parece el tren de la bruja de las atracciones de feria".

"Nuestros pacientes son enfermos con leucemia y otras patologías hematológicas que requieren tratamientos inmunodepresores por lo que son especialmente vulnerables al coronavirus", señala. Desde que comenzó la crisis sanitaria, "solo se hacen trasplantes urgentes". Algunos de sus compañeros se han contagiado y el ritmo de trabajo es frenético. Ha dejado su actividad habitual para dar cobertura a los afectados por la pandemia que llegan al hospital. En el momento de este reportaje, su centro dedica siete plantas a los afectados por el coronavirus.

"Siento que estoy realizando la labor para la que he sido preparada", explica. "Eso sí, uno vuelve del trabajo tenso, porque no desconecta en ningún momento".

"Me gustaría transmitir a todos mis compañeros, y en especial al servicio de urgencias, que somos la primera barrera contra el coronavirus, mucha calma y mucho trabajo en equipo", nos dice. "Ahora es el momento de apoyarnos los unos a los otros. Juntos podemos con esto. Trabajando unidos podemos hacer muchas cosas bonitas por la gente. A por todas".

"He tenido que estar 14 días aislada en casa después de atender a una persona mayor que posteriormente falleció. Y seguimos teniendo personas de baja: algunas en casa, otras ingresadas". Uno de estos días, faltaba personal: "Cuando se pidió por WhatsApp refuerzo para los turnos de noche, a los cuatro minutos hubo siete voluntarios". Ella también quiere mostrar su agradecimiento a la ciudadanía, a toda la gente que se queda en casa.

Su negociado es el primero en encargarse de los pacientes con Covid-19. Moreno es jefe del servicio desde 1999: "Nuestra área se encarga de la elaboración de las guías de manejo de los pacientes". "Ahora, estamos siendo testigos de la capacidad de respuesta de un sistema y de un personal ante una situación imprevista para la que no había habido ensayo previo. Satisfechos y orgullosos", asegura este médico experimentado que ha ocupado también el cargo de presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y ha sido el presidente fundador del prestigioso Grupo de Estudio de Sida de esta institución.

No olvidará estos días vividos al límite. Ni la tensión ni la presión con la que, asegura, transcurren estas jornadas. "Que nadie lo dude: absolutamente todos los estamentos del hospital vamos a dar todo lo que podemos", asegura con voz entrecortada y al borde de la explosión emocional.

En 22 años de experiencia no había vivido nada igual. Su unidad se ha convertido en una “unidad Covid”. Se encarga de organizar turnos, de que haya suficiente material de trabajo y de verificar que se sigan con escrupulosidad los protocolos de seguridad para el tránsito entre “la zona caliente” (de infectados) y la “zona templada” (en principio, libre de patógenos). "Estamos preparados. Vamos a poder con el virus", concluye.