Queremos ser valoradas y libres
Siempre me he sentido anodina. Durante toda mi vida me he enfrentado a los estereotipos de ese machismo tan intrínsecamente enclavado en nuestra educación que no nos damos cuenta del daño que hace. Se nos incita desde muchos frentes a ser perfectas. Perfectas amas de casa, sumisas esposas, mujeres “de bien” que trabajan duro, que cuidan su cuerpo porque tenemos que ser para los hombres ese ideal de belleza que se divulga en todos los ámbitos, mujeres perfectas que pierden media vida y medio sueldo para acicalarse para ellos. Mujeres que no podemos ducharnos, levantarnos e irnos a trabajar sin más, como hacen nuestras parejas, porque nosotras tenemos que hacer mil cosas más y eso conlleva la pérdida de tiempo para dedicarlo a nuestras metas. Mujeres que aguantan el terror de relaciones tóxicas por miedo, que soportan lo insoportable. Mujeres que se sienten juzgadas en todo momento y ven cuestionada, con condescendencia, su capacidad intelectual. Me siento reflejada en todas ellas. Esa aflicción de mediocridad contra la que luchamos muchas no es feminazismo. Solo queremos ser valoradas y libres. Romper los estereotipos que no nos dejan ser felices.
Paula Martínez Mouzo. A Coruña