No odiaré por ti
No puedo entender esta epidemia de crispación que recorre España y que mantiene incendiadas las redes sociales. Como si la historia no nos hubiese enseñado las consecuencias habituales de estas irresponsables escaladas de violencia. Por mí pueden seguir regando la piel de toro con gasolina que no usaré ni una sola de mis cerillas. Odiar es como querer: te pueden tentar y hasta incitar, pero para dejar que ese sentimiento se adueñe de tu corazón tienes que abrirle la puerta desde dentro. Digan lo que digan, no hay columnista, tertuliano o político capaz de acceder a tu corazón. No, si no le dejamos. Y ese es todo mi mensaje: no dejemos que otros nos lleven a odiar. Lo único que nos separa es un espejo, y ese que crees tener enfrente en realidad eres tú.
Pablo González Caballero. Madrid
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