Alastair Humphreys: “Mi misión es convencer a los niños de que pueden elegir vivir vidas poco corrientes”
Para compartir con los menores su amor por la aventura, el escritor publica ahora 'Grandes Aventureros' (Andana Editorial), un álbum ilustrado informativo
Inspirado por el escritor británico Laurie Lee, que le enseñó que la aventura “no es solo para los tipos duros” y que lo más importante es tener “curiosidad y entusiasmo”, Alastair Humphreys se apasionó desde muy joven por la aventura. A los nueve años completó el desafío de las 20 millas por los tres picos de Yorkshire y desde entonces sus aventuras, a cada cual más extrema y llamativa, se han sucedido sin parar, como demuestra el hecho de que en 2012 fuese elegido aventurero del año por National Geographic. Para compartir con los niños y niñas su amor por la aventura, Humphreys publica ahora Grandes Aventureros (Andana Editorial), un álbum ilustrado informativo, ganador del Premio internacional Ordannce Survey al mejor libro de viajes para niños en 2019, en el que recopila las aventuras de veinte grandes aventureros y exploradores de la historia que le inspiraron con sus hazañas. Cuenta Alastair que antes veía a estos hombres y mujeres como héroes. Hoy que él es uno de ellos, sin embargo, se ha dado cuenta de que no lo eran, de que solo eran personas comunes que eligieron hacer cosas emocionantes e inusuales con sus vidas. Y eso es lo que quiere trasladar a los niños y niñas con su libro, porque se muestra convencido de que cualquiera puede ser aventurero. “Si algún niño lee este libro y luego va de campamento, ya seré muy feliz”, asegura.
PREGUNTA. ¿Grandes aventureros es una forma de compartir tu pasión por la aventura con los niños y niñas de todo el mundo?
RESPUESTA. Sí, exactamente. Mi entrada al mundo de los viajes, la aventura y la exploración se produjo a través de la lectura. En la introducción al libro hay un dibujo de mí cuando era niño, leyendo cuentos y soñando con viajes locos. En aquel entonces, sin embargo, nunca pensé que la aventura fuera realmente algo que la gente normal como yo pudiera hacer. Por eso una de mis grandes misiones durante la última década ha sido romper las barreras de entrada, hacer que la aventura sea más accesible, para más personas y con más frecuencia.
P. En el álbum ilustrado reúnes a veinte grandes aventureros y exploradores de la historia (mujeres y hombres) cuyas hazañas te inspiraron a seguir sus pasos. Si tuvieses que quedarte con uno de los veinte, ¿cuál sería y por qué?
R. Si tuviera que elegir solo una historia sería la de Laurie Lee y el motivo es que su viaje influyó directamente en mi propia aventura. Mi esperanza con Grandes Aventureros es que los niños conozcan a estos 20 grandes hombres y mujeres y que luego conviertan su sueño en una verdadera aventura. Leer y soñar es divertido, pero leer y actuar puede cambiar la vida de una persona joven.
P. Es posible que tus aventuras y que este libro sea también una inspiración para los aventureros del futuro. ¿Qué siente uno al saber que es inspiración para otros niños y jóvenes sedientos de aventuras?
R. Las aventuras que he vivido han sido maravillosas y muy significativas e importantes para mí, pero también reconozco que son bastante inútiles y egoístas en comparación con ser, por ejemplo, un médico (risas). Ojalá las lecciones que he aprendido en el camino se conviertan en inspiración para tratar de enseñar a los niños a soñar en grande con sus vidas y a considerar caminos alternativos, poco convencionales y desafiantes. Si algún niño lee este libro y luego va de campamento, ya seré muy feliz.
P. Antes has mencionado a Laurie Lee y precisamente cuentas en el álbum que uno de sus libros, Cuando partí una mañana de verano, es tu libro favorito. ¿Qué aprendiste de él?
R. Leyendo ese libro aprendí mucho sobre cómo escribir bien, porque es breve y poético. Pero sobre todo aprendí que la aventura puede ser simple, que no es solo para los tipos duros y que lo más importante que necesitas es curiosidad y entusiasmo. Si tienes esas dos cosas, puedes hacer viajes mágicos.
P. Laurie Lee abandonó su casa con 19 años, con apenas unas pequeñas pertenencias y viajó a una España que caminaba hacia la guerra civil. Solo sabía decir una frase en español: Un vaso de agua, por favor. Pero, sin embargo, recorrió el país de Vigo a Cádiz ganándose la vida como músico ambulante. ¿Qué te inspiró de su historia?
R. Laurie Lee me hizo enamorarme de los paisajes de Galicia sin haberlos pisado y del espíritu de los españoles sin conocerlos. Desde que leí ese libro he estado enamorado de España.
P. Te preguntaba lo anterior porque en tu canal de YouTube se puede ver un vídeo en el que tú mismo reeditas la experiencia de Laurie Lee. ¡Hasta aprendiste a tocar el violín! ¿Qué significó para ti seguir sus pasos?
R. Para mí fue cumplir un sueño muy esperado el pasar un mes caminando desde Vigo hasta Madrid sin dinero y solo con mis muy malas habilidades con el violín para conseguir dinero para comer. Fue una aventura emocionante, de confianza en la bondad del mundo y de apuesta por la vida simple. Dormí bajo las estrellas, me bañé en los ríos y toqué el violín en pequeños pueblos para ganar lo suficiente para mi pan de cada día. Quedé muy impresionado con la amabilidad de los españoles. Toqué el violín muy mal, pero aun así gané lo suficiente para llegar a Madrid (risas).
P. El mundo ha cambiado mucho desde que Laurie Lee viajó a España. España también ha cambiado mucho. Y la tecnología lo ha cambiado todo. A pesar de ello, ¿pudiste sentir algunas de las emociones y las sensaciones que Laurie Lee describe en su libro?
R. Tengo que reconocerte que estaba preocupado por esto. Pensé que me sentiría triste y nostálgico por no encontrar la España que describió Laurie, pero en realidad me encantó la familiaridad que encontré entre las descripciones de Laurie y las zonas rurales de España. La vida del pueblo, las tardes en las plazas, los cafés a la hora de la siesta… No parecía que el país hubiera cambiado demasiado. Esa era la España que esperaba encontrar. Y me encantó caminar durante un mes por ella.
P. Me ha gustado mucho una reflexión que haces: dices que los veinte aventureros recogidos en el libro fueron tus héroes de la infancia, pero que ahora comprendes que no eran héroes, sino hombres y mujeres corrientes que decidieron no vivir una vida corriente. ¿Cualquiera puede ser aventurero?
R. ¡Sí! Ahora yo soy un “aventurero”, pero también soy un chico normal, no demasiado atlético y no muy valiente, solo una persona común que trabaja duro para vivir una vida que no es común. Eso es lo que aprendí de los héroes del libro. Mi misión ahora es convencer a los niños comunes y corrientes de que ellos también pueden elegir hacer cosas emocionantes e inusuales con sus vidas.
P. ¿Por qué animarías a los niños y niñas que lean este libro a, si quieren, seguir tus pasos y los de los veinte aventureros que citas en el libro?
R. Porque cuando tengan 80 años estoy bastante seguro de que no pensarán: "¡Oh, me arrepiento de todos esos días en las montañas! ¡Ojalá hubiera pasado más tiempo frente a un ordenador!" (risas). Todos sabemos que la vida es preciosa, todos sabemos que la vida es corta, pero sin embargo nos comportamos como si fuésemos a vivir para siempre y nos pasamos la mayor parte de nuestros días haciendo cosas aburridas y mundanas. ¡Es una vergüenza!
P. “He conocido a mucha gente que se ha arrepentido de no haber emprendido al menos una aventura durante su vida, pero nunca he conocido a nadie que lamentara haberlo hecho”, escribes precisamente en el libro.
R. Es que es así. Tal cual.
P. Habrá que convencer entonces a los padres, que muchas veces somos los primeros que tememos que nuestros hijos sean muy aventureros…
R. A los padres les diría que es mucho más probable que sus hijos mueran de enfermedad cardíaca debido a un estilo de vida sedentario y poco saludable que por correr y trepar por una montaña. Si lo pensamos bien, seguro que todos preferimos que nuestros hijos pasen los fines de semana corriendo o en bicicleta por el bosque, desafiándose y aprendiendo cosas desde la experiencia sobre el mundo.
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