Hablemos de niños solos
Me niego a utilizar la impersonal palabra MENA (menores extranjeros no acompañados) para referirme a los niños y niñas —que es exactamente lo que son— que llegan aquí solos. Carecen de referentes, aparte de los otros menores con los que intentan sobrevivir. Probemos a dejar a nuestros hijos de 12 o de 16 años solos en otro país, sin recursos, y veremos en qué se convierten y cómo se comportan. Estos niños son los más vulnerables al ser extranjeros, menores y pobres. Encuentro miserable avivar el odio contra ellos por unos míseros votos. Trabajo con ellos, y nuestra sociedad, según los Derechos de la Infancia, tiene el deber de protegerlos y darles una oportunidad antes de tirarlos a la calle cuando cumplen 18 años.
José Carlos Gómez Abril, Valencia.
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