Autodiagnóstico
A veces me veo como un coche escacharrado con muchos kilómetros a cuestas. Las visitas al taller ya son frecuentes; no tanto por sufrir graves siniestros, sino debido a las averías propias del desgaste y el loco galopar del tiempo. De aspecto exterior, aceptable; aunque no faltan abolladuras, rayones, manchas y falta de brillo. Faros, en revisión; fallan las luces cortas. A pesar de algunas deformaciones por esfuerzos y exceso de carga, el chasis resiste. Frenos, rótulas y ruedas obligan a una conducción prudente por desgaste avanzado. Embrague y palanca de cambios, algún que otro contratiempo al meter las marchas. Arranque, bueno; la batería aguanta. Consumo de combustible, mejorable. En ordenador a bordo, incipientes problemas de memoria. De motor, bastante bien; aunque se detecta fatiga en las cuestas. Con todo, si no surgen averías graves, aún veo margen para unos cuantos kilómetros más. El chatarrero puede esperar.
Pedro Serrano, Antoñán del Valle (León).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.