Al final, desvergüenza
Como se temía desde la investidura fallida de julio, tampoco ahora se ha alcanzado un acuerdo para formar Gobierno. Desde entonces, los partidos se dedicaron a perder el tiempo entre vetos y acusaciones cruzadas. Al parecer, los ciudadanos se equivocaron a la hora de votar y deberán enmendar, en noviembre, sus preferencias, puesto que las distintas formaciones no están dispuestas a asumir aquellos resultados, en claro desprecio a la voluntad popular al no respetar sus resultados electorales. Al final, han confirmado el diagnóstico expresado por Tirso de Molina, en el siglo XVII, en El burlador de Sevilla: “La desvergüenza en España se ha hecho caballería”.
Daniel Guerrero Bonet. Sevilla
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