1.344 películas demuestran que la desigualdad salarial en Hollywood es real
Un estudio universitario de dos españolas concluye que las actrices cobran un millón de dólares menos por película que sus compañeros
Microeconomía aplicada a escenarios laborales para analizar las carreras de Scarlett Johansson o Meryl Streep. Pueden parecer dos mundos completamente diferentes, pero precisamente de eso se trata: de aportar la seriedad universitaria a un tema que puede parecer sobado y repetitivo como son las quejas de las actrices acerca de la desigualdad salarial. Para eso está la aplicación de las técnicas econométricas, para demostrar que, efectivamente y con datos en la mano, en la industria del cine las mujeres cobran menos que los hombres. Da igual que sean estrellas: la media es de un millón de euros menos por película.
Esta conclusión sale de un trabajo que han realizado a lo largo de dos años dos investigadoras españolas en universidades británicas: Sofía Izquierdo, del departamento de Finanzas de Huddersfield; y María Navarro Paniagua, profesora de Economía de la Universidad de Lancaster. También las ha ayudado John S. Heywood, del departamento de Economía de la Universidad de Wisconsin (EE UU). Para llegar a sus conclusiones han analizado nada menos que 1.344 películas y a 267 estrellas distintas de entre 1980 y 2015. Con una gigantesca base de datos y teniendo en cuenta muchos factores, Izquierdo y Navarro han visto lo que temían encontrarse desde el principio: que la igualdad salarial está lejos incluso en el exclusivo Hollywood.
"No queríamos hacer estimaciones solo al nivel de la media [de ingresos], sino de la distribución [en el tiempo]", explica por teléfono a EL PAÍS María Navarro, que se interesó en realizar un estudio sobre Hollywood cuando vio que "había muy poquita gente ganando montantes de dinero muy grandes". La autora reconoce que "la literatura de la economía también está interesada en estos llamados top earners, la gente que más gana".
"A priori había ciertas hipótesis, porque ya hay estudios acerca de la desigualdad de géneros", reconoce Navarro, que ya con la base de datos en mano vio que "las quejas que se habían recogido en la prensa quedaban confirmadas". Aunque asegura que esperaba encontrarse "incluso mayores diferencias salariales". Para conseguir los cachés de los actores han recurrido a webs como IMDb (la mayor base de datos de cine del mundo) o Box Office Mojo (que recopila datos de taquilla).
Es decir, que reivindicaciones como la de Patricia Arquette en los Oscar de 2015 no van en absoluto desencaminadas. "Ya es hora de que tengamos de una vez por todas el mismo salario (que los hombres) y los mismos derechos para las mujeres en EE UU", dijo entonces la actriz al recoger su galardón. Amy Adams —que aceptó su papel en La gran estafa americana sabiendo que ganaría menos que sus compañeros—, Jennifer Lawrence, Natalie Portman, Cate Blanchett o Meryl Streep, que llegó a mandar más de 500 cartas a congresistas por una Ley de Igualdad en EE UU, también han alzado la voz por la equidad salarial, esa cuya falta que queda demostrada ahora, datos en mano.
En este análisis no solo se han tenido en cuenta la edad y los salarios de los actores, sino muchos otros aspectos: se llevó un control de los ingresos que habían logrado sus anteriores cintas, así como del tiempo que estuvieron rodando, sus seguidores de Twitter, su experiencia, raza o nacionalidad y hasta la cantidad de Oscar (o de nominaciones) y en qué categoría. La película en sí también influía, ya fuera por su género, distribuidora, calificación por edades, cantidad de salas en las que se exhibe o presupuesto. "Es importante, por ejemplo, en las películas de acción. Ahí no es que cobres menos por ser mujer, es que directamente no hay papeles para ti". Y ese es uno de los géneros donde más se gana; basta con ver el ejemplo de Scarlett Johansson, la actriz mejor pagada de 2018 gracias precisamente a su papel de Viuda Negra en la saga de Marvel Vengadores.
Hubo variables en cuanto a ingresos que no pudieron controlar, que se escapan de la medición, como la edad. "Ahí no podíamos medir si la belleza era un condicionante, o si las actrices tenían ingresos de otros contratos más allá del cine", relata. Pero está claro que influye: en cuanto a ganancias, los hombres alcanzan su pico máximo a los 51 años; las mujeres, a los 34. Aunque también hay cuestiones difíciles de afinar y que escapan de las bases de datos: ¿por qué un actor triunfa y, por tanto, gana más que otro? "No sabemos si hay una elección, y una discriminación, por parte del productor o por parte del público", aseguran las españolas.
Al revés que en otras profesiones, en esta "no hay una segregación laboral". Según se lee "Estrellas de diferentes géneros actúan juntos en la misma película. Eso implica que, básicamente, realizan el mismo trabajo, en el mismo tiempo y en el mismo lugar". Izquierdo y Navarro tienen claro que parte de la solución llegaría si se eliminase el secretismo que rodea a los sueldos: "Si los salarios fueran públicos, podría ayudar a reducir la brecha salarial. Se van consiguiendo algunas mejoras, poco a poco, pero aún cuesta mucho".
Scarlett Johansson, contra Robert Downey Jr.
Con 50,6 millones de euros, Scarlett Johansson es la actriz mejor pagada del mundo en 2018. Todo un récord que, aún así, la sitúa lejos de los actores que más cobran. Robert Downey Jr., coprotagonista de Vengadores junto a ella, ganó casi 50 millones solo por su papel como Iron Man en Endgame y, con 66 millones de dólares (59,6 millones de euros) es el tercer actor mejor pagado. Encabezan la lista de Dwayne La Roca Johnson (80,8 millones) y otro compañero vengador, Chris Hemsworth (69 millones).
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