Curso agridulce
Este año, el comienzo de curso para mi amiga Raquel ha sido agridulce. Por cómo vive su trabajo, para mí es la definición de la vocación en la enseñanza. El año pasado consiguió una plaza vacante a tiempo completo para todo el año. Pero este año retrocede. “Por lo menos me dará tiempo a prepararme la oposición”, dice. Tenemos 35 años, somos la generación del optimismo, y no nos queda otra. Raquel no es la única de mis amigos “sufridores” del sistema público que pelea y es perseverante… Pelean por trabajar. Mi compañero y yo llegamos a Francia hace siete años. En tres o cuatro ya teníamos plaza fija y trabajábamos en el mismo pueblo, porque este sistema piensa incluso en la reagrupación familiar. Deseo volver a mi tierra pero veo a mi generación y me parece una quimera.
Laura Gómez Martínez, Sens (Francia).
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