La salud de los niños
Los planes educativos deben asegurar la actividad física necesaria para un crecimiento saludable
La salud adulta se protege desde la infancia. Si tenemos en cuenta esta premisa, España va a perder buena parte de las ventajas que tiene en esta cuestión gracias, entre otros factores, a la dieta mediterránea y a un clima que facilita el ejercicio al aire libre. El cambio de patrones culturales está impactando sobre dos de los vectores más importantes de la salud: la alimentación y el ejercicio físico. El resultado es que el 34% de los niños y adolescentes españoles tiene exceso de peso (el 20,7%, sobrepeso y un 14,2% son ya obesos). Un dato especialmente preocupante es que el 23,8% tiene obesidad abdominal, un indicador de acumulación de grasa que se relaciona directamente con las patologías cardiovasculares.
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Estos elevados índices de sobrepeso se deben a una alimentación deficiente, pero también a la falta de ejercicio físico. Un riguroso estudio, que ha utilizado procedimientos de medición objetivos, como acelerómetros, para determinar cuánto ejercicio físico hacen exactamente los niños y adolescentes, muestra resultados muy preocupantes: solo cuatro de cada 10 escolares hacen el ejercicio físico mínimo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (60 minutos al día de actividad moderada o vigorosa). El 63,6% de los niños y adolescentes no cumplen estos mínimos. Y en este patrón tan poco saludable, las chicas están peor posicionadas. El 70,4% no alcanza ese mínimo, frente al 56,3% de los chicos, lo que significa que ellas sufrirán doblemente las consecuencias, pues a los problemas de salud añadirán el sufrimiento psicológico de no ajustarse a unos patrones de belleza femenina modelados por la delgadez.
A medida que los niños crecen, el sedentarismo aumenta: entre tercero de Primaria y cuarto de la ESO se esfuman 106 minutos diarios de actividad física. La práctica reglada de deporte en la escuela resulta del todo insuficiente. El estudio demuestra que el tiempo que retrocede el ejercicio físico en la vida de los niños y adolescentes lo ganan las pantallas, a las que dedican un promedio de casi tres horas los días entre semana, y casi cinco los fines de semana. La Constitución consagra el derecho a la salud de todos los españoles y encarga a los poderes públicos su protección “a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios”. La obesidad infantil se ha convertido en un problema de salud pública de la máxima prioridad. Combatir el sedentarismo en la infancia es una forma de proteger la salud a largo plazo. Puesto que es muy difícil cambiar con carácter general los patrones culturales, una forma de hacerlo es establecer en los planes de estudios el mínimo diario de ejercicio físico vigoroso necesario para un crecimiento saludable.
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