La basura urbana
Barcelona destina importantes recursos a la limpieza de la ciudad y, a pesar de ello, estamos lejos de lograr una ciudad limpia. Lo fácil es culpar al otro, en este caso al Ayuntamiento, pero la culpa es compartida, la responsabilidad recae en las instituciones, las empresas y los ciudadanos. Unas políticas de información para mayor concienciación serían muy útiles. Y por parte de las Administraciones, aplicar el principio de que quien contamina paga. Locales de comida rápida utilizan envases de plástico de un solo uso, obteniendo un beneficio privado, pero socializando el coste de la gestión del residuo a las Administraciones. Sin un esfuerzo común, nuestras ciudades, campos y mares continuarán empeorando.
Alberto Argudo
Barcelona
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