Un refugio en Portugal para descubrir en coche
La costa alentejana es un paraíso de paz infinita y de kilómetros eternos de playas de arena dorada, donde puedes olvidarte del resto de la humanidad. La conocemos al volante del Mitsubishi Eclipse Cross
La costa alentejana está plagada de reservas naturales que la protegen y la mantienen en un estado virginal al que nos acercamos con la serenidad y confianza que transmite el Mitsubishi Eclipse Cross, un vehículo silencioso con un interior sobrio pero de calidad que transforma los grandes viajes en excursiones placenteras.
Establecemos nuestra base en Santiago do Cacém, con su castillo vigía, sus palacetes y su museo de ruinas romanas. Un lugar estratégico a solo veinte kilómetros de las deslumbrantes playas alentejanas. Las sinuosas carreteras secundarias portuguesas invitan a disfrutar del vehículo confiados en sus múltiples sistemas de alerta de abandono de carril, aviso de presencia en ángulo muerto, mitigación de colisión frontal o alerta de tráfico trasero.
Atravesamos bosques de encinas, pinos y alcornoques, entreverados por pequeños y sencillos pueblos. La conducción es suave y el cambio automático CVT funciona con la precisión adecuada para hacerla aún más seductora. A través de la carretera costera superamos playa tras playa hasta llegar a la perla final, Comporta.
En esta infinita costa uno puede abandonarse, entre la arena dorada y el viento, sin encontrar a nadie. Sesenta kilómetros de litoral inabarcable entre la península de Troia y Sines. Alentejo es el lugar ideal para conducir sin destino descubriendo enclaves singulares.
Pegado a la carretera
El Mitsubishi Eclipse Cross ofrece un recital de aplomo y firmeza, gracias a su magnífica tracción S-AWC (Super All Wheel Control) y sus múltiples sistemas de alerta de abandono de carril, en las intrincadas carreteras que nos llevan desde Santiago do Cacém, en el interior del Alentejo, hasta sus playas.
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