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Costa de Marfil estrena colegios de plástico reciclado Aparte de mejorar la infraestructura educativa, una iniciativa de Unicef y una empresa social colombiana reduce residuos, que aumentan el riesgo de malaria y otras enfermedades entre los niños, y ofrecer ingresos a familias vulnerables Niños jugando en un vertedero en Abidján, en Costa de Marfil. Cada año se producen más de 300 millones de toneladas de plástico en todo el mundo, pero solo una fracción se recicla. Los niños de todo el mundo enfrentan el impacto de la contaminación y son más vulnerables que los adultos a la contaminación del aire, el agua y la tierra. Frank Dejongh (Unicef) Para ayudar a proporcionar a los niños un entorno de juego seguro y prevenir la propagación de enfermedades, Unicef se asoció con Conceptos Plásticos, una empresa colombiana que produce materiales de construcción con plásticos reciclables, para ayudar a limpiar comunidades y construir escuelas y casas. Frank Dejongh (Unicef) El proyecto, que contempla la apertura de una fábrica de ladrillos de plástico en Abiyán, mejorará también las condiciones de quienes recolectan residuos plásticos, que suelen ser mujeres. Como Mariam Coulibaly, que a sus 33 años lleva nueve desarrollando esta tarea. “Salgo a las cinco de la mañana, buscando plástico por la calle, especialmente botellas, y vuelvo a casa sobre las diez, para atender a mis hijos. Voy de nuevo por la tarde, desde las seis hasta las ocho o las nueve”, explica. Frank Dejongh (Unicef) Ya hay nueve colegios de plástico en uso. Y se planea construir al menos otras 519, que en total acogerán unos 25.000 estudiantes (50 como máximo por aula, en vez de los 90 o 100 que son habituales ahora). Frank Dejongh (Unicef) La necesidad de infraestructuras educativas en Costa de Marfil es apremiante. De acuerdo con Unicef, en total hacen falta unas 15.000 clases. “En ciertas áreas, por primera vez, los niños de preescolar en los vecindarios pobres no tendrán que compartir el espacio con otros 100 estudiantes", plantea Aboubacar Kampo, representante hasta hace poco de Unicef en este país y uno de los impulsores del proyecto. Frank Dejongh (Unicef) Stéphane Gbonikan, miembro del personal de Unicef, con un niño en Sakassou, una aldea en el centro de Costa de Marfil donde se construye una de las escuelas de plástico reciclado. Frank Dejongh (Unicef) El actor y presentador de televisión Thierry Beccaro, embajador de Unicef Francia, visita Sakassou, en el centro de Costa de Marfil, donde se están construyendo aulas con ladrillos de plástico. Frank Dejongh (Unicef) Dos niños sostienen ladrillos de plástico reciclado, que son mucho más livianos que los que están fabricados de cemento u otros materiales, con los que se está construyendo su nuevo colegio en Sakassou. Frank Dejongh (Unicef) Los niños y los maestros de preescolar están muy contentos con sus nuevas clases recicladas en Gonzagueville, un suburbio de Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil. En el país, muchos pequeños no tienen acceso a la educación por falta de infraestructura en su comunidad. Frank Dejongh (Unicef) “Estamos muy a gusto en las nuevas clases en comparación con las antiguas, que estaban hechas con materiales provisionales que, desafortunadamente, fueron destruidos por fuertes vientos”, asegura por teléfono Koffi Konan, director de uno de los primeros colegios en albergar esta iniciativa. Situado en Sakassou, una localidad rural a tres horas de Abiyán. Frank Dejongh (Unicef) Construcción de la primera fábrica de ladrillos de plástico en África occidental en Youpougon, un suburbio de Abiyán. Unicef se ha asociado con la empresa social colombiana Conceptos Plásticos en Costa de Marfil para convertir los desechos plásticos en materiales de construcción para nuevas escuelas. Frank Dejongh (Unicef) Una investigación sugiere que en los próximos 30 años el mundo puede producir cuatro veces más plástico que nunca antes. Encontrar usos innovadores para este material será imprescindible para la salud pública. Sin el manejo de estos desechos, la contaminación del agua subterránea puede dejar a muchas comunidades sin acceso a recursos limpios. Los desagües obstruidos con plástico podrían continuar causando inundaciones y dañar las infraestructuras. Y la contaminación del aire por la quema de basura planteará importantes riesgos ambientales y de salud. Frank Dejongh (Unicef)