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Columna
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Ocurrencias

Como el alacrán, la derecha me ha mostrado su auténtico carácter cuando estaba a punto de claudicar

Jorge M. Reverte
El cantautor Pedro Pastor en una imagen publicada en su perfil de Facebook el 15 de junio de 2019.
El cantautor Pedro Pastor en una imagen publicada en su perfil de Facebook el 15 de junio de 2019.

Mariano Rajoy no pasará a la historia por su destacable sentido del humor, pero tuvo una buena ocurrencia cuando usó esa expresión para referirse a propuestas que o le parecían irrealizables o le parecían obvias.

Ahora, el PSOE, que fue tantas veces blanco, algunas veces con razón, de sus ataques ha resucitado la afortunada expresión del expresidente del Gobierno, para referirse a una propuesta de Casado para desbloquear la situación política: Sánchez puede arreglarlo todo dejando que se presente un candidato del PP, que tendría el voto de Ciudadanos y de Vox, ante lo que el actual presidente solo tendría que abstenerse. Es buena la ocurrencia: si la izquierda está como está, que se quite y venga la derecha.

Lo cierto es que no puedo encontrar ningún argumento para oponerme. Que venga la derecha aunque haya obtenido menos votos, y todos tan contentos. Me parece bien. Lo único es que se me ha quedado cara de imbécil cuando me miro al espejo.

Lo de la cara de imbécil podría no ser grave, porque me ha pasado más veces y sigo vivo. Pero, como el alacrán, la derecha me ha mostrado su auténtico carácter cuando estaba a punto de claudicar. Lo ha hecho al anular un concierto de Luis y Pedro Pastor previsto en Aravaca. Se me ha quitado la cara de imbécil y se me ha puesto otra que no sé cómo definir, entre aturdida y belicosa.

¿Por qué no pueden cantar los Pastor en Aravaca?

Y resulta que es por razones ideológicas. Los vecinos de ese pueblo votan mayoritariamente al PP, y ya está. Buen razonamiento el del PP, que permitirá realizar actividades en función de las mayorías sociológicas de turno. A mí no me viene mal, porque me permitirá respirar bien en Madrid Central. Peor le irá a mi hermana, que vive en Pozuelo y no podrá nunca más tener un concierto de Luis Pastor.

La derecha española echa de menos a Franco, o por lo menos sus ocurrencias. Franco prohibía a Luis Pastor porque había decidido por decreto que el Movimiento era mayoritario en todos los municipios de España. Y la derecha española no tiene complejos al prohibir que nadie cante. Por eso, ya me miro al espejo y vuelvo a componer una expresión en la que el cabreo va a más.

¿Dónde se van a leer en voz alta los versos de Toni Morrison? Probablemente en una librería de Pozuelo. Lo hará Luis Pastor.

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