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Los galanes del cine envejecen pero sus mujeres no

Algunas de las películas más míticas del cine cuentan con parejas que se llevan más de 10 años de edad, siempre a favor del varón. La edad sigue siendo un factor determinante en Hollywood

Richard Gere y Julia Roberts, en ?Pretty Woman', 1990.
Richard Gere y Julia Roberts, en ?Pretty Woman', 1990.GETTY

Es de sobra conocido que las actrices mayores de 40 años tienen problemas para encontrar papeles, un escollo que no encuentran sus colegas varones. Ninguno de los actores mejor pagados de Hollywood tiene menos de 40 años; solo una de las intérpretes mejor pagadas los supera, Jessica Chastain. “La juventud reina”, declaró Junie Hoang cuando demandó a la base de datos cinematográfico Imdb por publicar su edad en su perfil en la red social del cine. Aunque perdió el juicio, muchas colegas han secundado ese mensaje para criticar la sequía de papeles que sufren cuando dejan de ser adecuadas para interpretar a “la chica” de la película. Hace 10 años, una Faye Dunaway de 67 años puso el grito en el cielo al percibir el injusto trato que recibía en comparación a los hombres de su generación. “Me cabrea que piensen que soy demasiado mayor para ser el interés amoroso de tipos como Jack Nicholson o Clint Eastwood. ¿Por qué tengo que interpretar a hermanas y madres mientras ellos, que son más mayores que yo, tienen amantes en pantalla a las que doblan la edad?”.

Elizabeth Banks se quejó en 2016 de haber sido rechazada para el papel de Mary Jane en Spiderman porque, con 29 años, la consideraron demasiado mayor para ser la novia (y compañera de instituto) de Tobey Maguire, 16 meses más joven que ella. Lo mismo le ocurrió a Olivia Wilde, a la que descartaron para El lobo de Wall Street por ser demasiado mayor para ser la mujer o la amante de Leonardo DiCaprio. Ella tenía 29 años ...y él 38, nueve más que ella. También fueron víctimas de esa discriminación Maggie Gyllenhaal, considerada demasiado mayor con 37 años para interpretar a la amante de un hombre de 55, y Jamie Denbo, que se quejó en Twitter de que había sido rechazada para un papel porque, a sus 43 años, los productores consideraban que no podía encarnar a la esposa de un hombre de 57 años.

Actores cada vez más viejos se emparejan en la ficción con actrices décadas más jóvenes que ellos. Los protagonistas del cine tienen mujeres mucho más jóvenes sin que la diferencia de edad se mencione siquiera en la película, como si fuera lo normal que la mujer de un cincuentón tuviera el aspecto de una veinteañera que podría ser, en realidad, su hija. Es algo que sucede desde que existe el cine.

Incluso sucede en películas que establecen que ambos tienen la misma edad porque son amigos desde la infancia o van a clase juntos, como en Piratas del Caribe: aunque Orlando Bloom solo es ocho años mayor que Keira Knightley, la película hace hincapié en que son amigos de la infancia (con prólogo de la época incluido) y el hecho de que tienen la misma edad es clave para la trama. También le sucede a actrices que interpretan a madres de actores apenas más jóvenes que ellas, como les pasó en Alejandro (2004) a Angelina Jolie y Colin Farrell, que se llevan un año.

Esos romances hollywoodienses nada tienen que ver con la vida real, en la que las parejas suelen llevarse entre uno y tres años de media. Pero estamos tan acostumbrados a verlas que muchas resultan sorprendentes. Por ejemplo, Emma Stone nunca ha sido pareja de un hombre de su misma edad o más joven ante la cámara; tampoco Scarlett Johansson. Jennifer Lawrence solo ha tenido dos amantes de su generación ante las cámaras.

Como les sucede a ellas, en las parejas que vienen a continuación, de las más memorables de la historia del cine, había una diferencia de más de 10 años que pasaba desapercibida. Y quedan muchas por mencionar, varias de ellas míticas en la historia del cine, como los protagonistas de Cantando bajo la lluvia (1952), que se llevaban 20 años, los mismos que separaban a Cary Grant y Eva Marie Saint (35) en Con la muerte en los talones (1959); uno más, 21, había entre Audrey Hepburn y Rex Harrison en My fair lady (1964), la misma brecha que existía entre Denzel Washington y Angelina Jolie en El coleccionista de huesos (1999).

La diferencia es aún mayor entre Harrison Ford (55 años) y Anne Heche (29) en Seis días y siete noches (1998); y entre Michael Douglas (54) y Gwyneth Paltrow (26) en Un crimen perfecto (1998). Hay ejemplos tan recientes como Birdman (2015), en la que Michael Keaton tiene 17 años más que Amy Ryan, su mujer en la película, y 30 años más que su amante, Andrea Riseborough. Ni siquiera los superhéroes se escapan a ello: la pareja titular de Ant-Man y la Avispa (2018), Paul Rudd y Evangeline Lilly, se lleva 11 años. La tendencia se mantiene sólida en la era del #MeToo.

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