Diseño independiente español para ir a la playa

Los puestos playeros, esas tiendas caóticas e hipertrofiadas llenas de objetos mezclados de cualquier modo, han sido desde hace décadas el epicentro forzoso de nuestras compras veraniegas. El veraneante llega a su destino vacacional, descubre que el bañador se le ha quedado pequeño y se compra por impulso una prenda que en su momento parece graciosa, pero que le sacará los colores cuando revise las fotos del verano un par de meses después. O busca una toalla grande y acaba pegado a un logo gigante o a un dudoso suvenir. Así, cuando llega el otoño nuestros objetos veraniegos dormitan en el fondo del armario (o del canapé, o del maletero) hasta que una invitación a una piscina o una escapada primaveral a la costa suscitan primero una pregunta (“¿por qué me compré esto?”) y después otra (“¿y qué hago con ello?”).

Contra la improvisación y el arrepentimiento, consumo consciente. Y contra la impersonalidad del suvenir, la sensatez nicho de los objetos que aparecen en estas páginas. Bolsos en materiales naturales como los de Steve Mono. Bañadores surferos esenciales y minimalistas como los que fabrica Shon Mott. Y toallas inteligentes como las que produce Tucca. Tres talentos locales para disfrutar del verano con estilo, sin remordimientos y visión, al menos, a medio plazo.