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Blogs / El Viajero
El viajero astuto
Por Isidoro Merino

Paisajes reales que inspiraron grandes cuadros

De la Villa Médicis, en Roma, a la isla alemana de Rügen, en el Báltico

Cézanne pintó hasta 80 versiones, repartidas hoy por diferentes museos, de la mítica montaña de Sainte-Victoire, en la Provenza (Francia).
Cézanne pintó hasta 80 versiones, repartidas hoy por diferentes museos, de la mítica montaña de Sainte-Victoire, en la Provenza (Francia).Alain BENAINOUS (Getty)
Isidoro Merino

La exposición Velázquez, Rembrandt, Vermeer. Miradas afines en España y Holanda, una de las más importantes de las programadas durante el bicentenario del Prado, del 25 de junio al 29 de septiembre, me sirve de percha para un recorrido por los lugares reales que inspiraron obras como La callejuela (1657-1658), de Vermeer, o Vista del jardín de la Villa Médicis en Roma (1630), de Velázquez.

‘La montaña de Sainte-Victoire’, de Paul Cézanne, que se expone en el Nelson-Atkins Museum of Art de Kansas City (EE UU).
‘La montaña de Sainte-Victoire’, de Paul Cézanne, que se expone en el Nelson-Atkins Museum of Art de Kansas City (EE UU).Josse / Leemage (Getty)

‘La montaña de Sainte-Victoire’, de Paul Cézanne (entre 1895 y 1902)

Nelson-Atkins Museum of Art, Kansas City (EE UU)

La luz de la Provenza sedujo a artistas como Gauguin, Matisse, Renoir, Bonnard, Signac o Picasso. Cézanne, el único provenzal de su generación decidió volver a su tierra y se instaló en L'Estaque, antes de regresar a su Aix-en-Provence natal. Allí pintó hasta 80 versiones, hoy repartidas hoy por diferentes museos, de la mítica montaña de Sainte-Victoire, que conocía desde su infancia.

‘Vista del jardín de la Villa Médicis en Roma’, de Velázquez (1630)

Museo del Prado (Madrid)

‘Vista del jardín de la Villa Médicis en Roma’, de Velázquez (1630).
‘Vista del jardín de la Villa Médicis en Roma’, de Velázquez (1630).Museo del Prado

La pintura realizada en Italia a lo largo del XVII marcó el nacimiento de un nuevo género artístico: el paisajismo. Roma era entonces un foco de intercambio de ideas, y la espectacular arquitectura de la ciudad atrajo a pintores como Rubens, Nicolas Poussin, Claudio de Lorena o Velázquez, que pintó aquí en 1630 sus dos vistas de la Villa Médicis, lienzos de pequeñas dimensiones (48,5 cm × 43 cm) que anticiparon el impresionismo con una manera diferente y radical de entender el paisaje.

Jardín de la Villa Médicis, en Roma.
Jardín de la Villa Médicis, en Roma.Patrick Durand (Getty Images)

‘La callejuela’, de Vermeer (1658)

Rijksmuseum (Amsterdam, Holanda)

‘La callejuela’, de Vermeer (1658).
‘La callejuela’, de Vermeer (1658).Rijksmuseum

Johannes Vermeer (1632-1675), uno de los grandes maestros del Siglo de Oro holandés, junto a Rembrandt y Hals, pintó menos de 40 cuadros en sus 43 años de vida, pero logró crear unas obras sutiles y maravillosas, como su famosa Het Straatje (La callejuela), un exquisito lienzo de 54 centímetros de alto y 44 centímetros de ancho que captura la magia de una escena cotidiana. El lugar se ha identificado recientemente como la calle Vlamingstraat de Delft, a la altura de los números 40 y 42.

Números 40 y42 de la calle Vlamingstraat de Delft, donde se encontraba la callejuela que pintó Vermeer en 1658.
Números 40 y42 de la calle Vlamingstraat de Delft, donde se encontraba la callejuela que pintó Vermeer en 1658.Wim Wiskerke (Alamy Stock Photo)

‘Les Nymphéas’ (Los nenúfares), de Monet (1895-1926)

Museo de la Orangerie (París, Francia)

Bailarina del Centro Nacional de Danza Contemporánea de Angers frente a uno de los paneles de ‘Nenúfares’ en el Museo de la Orangerie de París.
Bailarina del Centro Nacional de Danza Contemporánea de Angers frente a uno de los paneles de ‘Nenúfares’ en el Museo de la Orangerie de París.Musée de l'Orangerie / David Jaquard-Delcourt

Desde 1895 hasta su muerte, en el año 1926, Claude Monet pintó sin descanso su jardín de Giverny, en Normandía, cuyos paisajes de agua, nenúfares y reflejos se volvieron obsesivos en su vida y en su obra. Su idilio con Giverny culminará en el monumental conjunto de ocho paneles decorativos de los Nenúfares, que actualmente se exhiben en dos salas elípticas de la Orangerie del jardín de las Tullerías de París.

Jardines de Giverny, en Normandía.
Jardines de Giverny, en Normandía.joel-t (Gety images)

‘Acantilados blancos en Rügen’, de Caspar David Friedrich (1818)

Fundación Oskar Reinhart de Winterthur (Suiza)

‘Acantilados blancos en Rügen’, de Caspar David Friedrich (1818)
‘Acantilados blancos en Rügen’, de Caspar David Friedrich (1818)Fundación Oskar Reinhart de Winterthur (Suiza)

Jasmund, un minúsculo parque nacional en el noreste de la isla Rügen, en el Báltico alemán, es conocido sobre todo por un cuadro. Fue aquí donde en 1818 el pintor romántico Caspar David Friedrich pintó una de sus obras más famosas, Acantilados blancos en Rügen (en alemán, Kreidefelsen auf Rügen). Más de dos siglos después, las vistas desde los caminos que bordean estos farallones y pináculos de creta blanca, algunos de las cuales superan los 100 metros de altura, siguen siendo estremecedoras. Con el Báltico azotando las rocas cretácicas, el paisaje está en constante evolución. La zona se convirtió en parque nacional en 1990, poco antes de la reunificación alemana. Comprende apenas 3.000 hectáreas, buena parte de ellas pantanos y bosques de hayas.

Los acantilados de creta blanca en el noreste de la isla Rügen, en el Báltico alemán, que pintó en 1818 el pintor romántico Caspar David Friedrich.
Los acantilados de creta blanca en el noreste de la isla Rügen, en el Báltico alemán, que pintó en 1818 el pintor romántico Caspar David Friedrich.Konrad Wothe / LOOK-foto (Getty)

‘El mundo de Christina’, de Andrew Wyeth (1948)

MoMA, Nueva York

‘El mundo de Christina’, de Andrew Wyeth (1948).
‘El mundo de Christina’, de Andrew Wyeth (1948).MoMA, Nueva York

Andrew Wyeth, uno de los grandes maestros de la pintura realista norteamericana, recreó en sus lienzos el paisaje de Estados Unidos y sus personajes más cotidianos. En 1948, el cuadro Christina's World, un paisaje en el que se ve la granja familiar de los Olsen en Cushing, en el Estado de Maine (EE UU) y la torturada figura de una joven (Christina Olsen, enferma de polio) al pie de la colina, se convirtió en uno de los iconos visuales de Estados Unidos, e hizo de Wyeth, de 32 años, una estrella. La granja que aparece en el lienzo, la Olsen House, aún se conserva, convertida en museo.

La Olsen House que aparece en el cuadro ‘El mundo de Christina’, de Andrew Wyeth (1948).
La Olsen House que aparece en el cuadro ‘El mundo de Christina’, de Andrew Wyeth (1948).Portland Press Herald (getty)

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Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

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