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Carla Pereyra y Diego Pablo Simeone se casan por sorpresa en Argentina

La pareja celebra una boda civil íntima a la que seguirá otra después del verano en la Toscana

Carla Pereyra y Diego Pablo Simeone, en una imagen de Instagram
Carla Pereyra y Diego Pablo Simeone, en una imagen de InstagramInstagram @simeone
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Carla Pereyra y Diego Pablo Simeone se han casado por sorpresa en Buenos Aires. "Hoy, 14 de junio, en una ceremonia íntima junto a nuestra familia, nos hemos casado por lo civil... Estamos muy felices!", ha sido el mensaje elegido por la pareja para anunciar su boda. Ambos se han puesto de acuerdo para hacer público, a la vez y con el mismo mensaje e idénticas fotografías, este enlace que es la antesala al que celebrarán en septiembre en la Toscana aprovechando un parón de la Liga.

Antes de viajar a Argentina, el entrenador del Atlético de Madrid y la modelo firmaron los documentos previos para esta boda, lo que llevó a pensar que ya se habían casado, algo que luego desmintieron.

Esta boda, y la posterior réplica en la Toscana, a la que se esperan acudan amigos, compañeros y rostros conocidos, será la primera para Pereyra, de 32 años, y la segunda para el entrenador, de 49. Antes, él estuvo casado con Carolina Baldini entre 1994 y 2014 y con ella tuvo tres hijos que también se dedican al fútbol, como su padre: Giovanni, de 23 años y jugador de la Fiorentina; Gianluca, de 22, que juega en el Club de Gimnasia y Esgrima La Plata, de Argentina, y Giuliano, de 17, que juega en las categorías inferiores de River Plate, en Argentina.

Enemigo de exponerse más allá de las ruedas de prensa, Simeone ha consolidado su estrellato en Madrid. La ciudad que le sirviera de talismán cuando era jugador, donde siempre se sintió a gusto como alternativa al barrio de Palermo, en Buenos Aires, donde creció al abrigo de su madre, doña Nilda, y de don Carlos, su padre, ha supuesto un antes y un después constante en su vida. Se siente feliz entrenando al Atlético y el club le ha convertido en su fichaje estrella. No deja nada al azar, consciente de su temor a las supersticiones en un obseso del horóscopo como es él.

La pareja ha residido hasta hace poco en la lujosa urbanización de La Finca en Pozuelo con sus dos hijos hasta que se ha mudado a la calle Serrano de Madrid y lleva una vida alejada todo lo posible de la atención mediática.

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