Persecución moral
Noticias como la de la trabajadora de Iveco que se suicidó muestran un triste reflejo al que a veces ni siquiera me apetece mirar. Se trata de un caso espeluznantemente ilustrativo de los valores tan degenerados de esta sociedad. Sin descanso, a esta hora continúan creciendo las visitas en páginas pornográficas que no eliminan el contenido. Mientras, escucho que tratan de disuadirnos de compartir grabaciones de dicha índole, en lugar de apuntar hacia los verdaderos culpables. ¿Suicidio o asesinato? Todos cómplices. Nos apresuramos a perseguir este tipo de actos legalmente, y creo que olvidamos que la moral siempre precede a la ley; nadie manifiesta que la única vía efectiva y definitiva pasa por perseguirlos moralmente.
Guillermo San Gil Martín. Santa Cruz de Tenerife
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