La grave cornada del amigo más íntimo de Victoria de Marichalar
El torero madrileño se recupera lentamente de la herida de 25 centímetros que sufrió en el muslo izquierdo en la madrileña plaza de Las Ventas este martes
El torero Gonzalo Caballero (Madrid, 1991), íntimo amigo de Victoria, hija de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar, atraviesa unos duros momentos. Postrado en una cama del hospital madrileño de La Fraternidad, se recupera lentamente de la grave cornada que sufrió este miércoles en la corrida celebrada en la plaza de Las Ventas.
Máximo García Padrós, cirujano jefe de la plaza de Las Ventas ha confirmado a la agencia Efe que el torero ha pasado la noche "muy molesto y con fuerte dolores" en la pierna herida, pero "sin fiebre", síntoma de que, de momento, no hay infección y que todo marcha "según lo previsto" en este tipo de percances. Sobre la cornada, de 25 centímetros en la cara exterior del muslo izquierdo, Padrós confiesa que fue "de las gordas" por la cantidad de destrozos musculares que ha provocado, además de haber afectado al nervio ciático. "Cuando le abrimos en la enfermería vimos que el nervio estaba separado totalmente del fémur y quedaba al aire como una cuerda de violín. Eso provocaba que no pudiera mover el pie. Además tenía el muslo machacado a nivel muscular: el tensor de la fascia lata, el vasto externo y los isquiotibiales. Una cornada fuerte, sin duda", aseguró.
Caballero se estrenaba esta temporada, y en su primer festejo del año se anunció en San Isidro con los toros de la ganadería de El Pilar junto a los diestros Juan del Álamo y José Garrido. Las reses salmantinas vendieron cara sus vidas y, desde su salida al ruedo, plantearon serios problemas a los espadas. El cabeza de cartel, Del Álamo, fue volteado de forma espeluznante cuando pasaba de muleta a su primer toro; Garrido se vio obligado a ‘tomar el olivo’ -saltar al callejón-, perseguido por el segundo, y Caballero, el más afortunado hasta el ecuador del festejo, tuvo oportunidad de lucirse con el tercero de la tarde. Cuando parecía que podía pasear un trofeo, se perfiló para entrar a matar, y en el encuentro con el toro, tras unas ceñidas bernardinas que elevaron el tono en los tendidos, todo se rompió en un instante imperceptible. El diestro se encunó sobre la testuz del toro, el estoque no entró en el morrillo del animal, pero el torero salió volteado por encima de su oponente, cayó en la arena y, ante la sorpresa de todos, permaneció inmóvil y con una clara expresión de dolor en su rostro, prueba evidente de que estaba herido.
La plaza quedó sobrecogida. Otra vez, Gonzalo Caballero caía herido por el toro. Otra vez, este torero ingresaba en la enfermería, de la que ha sido asiduo visitante desde que se viste de luces. La incógnita es si, en esta ocasión, fue testigo de la cogida su íntima amiga Victoria Federica, que acude puntualmente a las citas de su torero preferido, acompañada por su hermano Felipe. No ha aparecido en las reseñas de la prensa especializada, pero la presencia de policías de paisano en los prolegómenos de la corrida hacía presagiar que acudiría el Rey emérito, aunque finalmente no fue así. Quizá, se debía a la visita de Victoria de Marichalar, quien de manera reservada y discreta habría acudido, como es más que previsible, a ver el inicio de temporada de su amigo en una cita tan importante para su carrera.
Mientras tanto, el equipo médico de Las Ventas, liderado por el doctor Máximo García-Padrós trataba de evitar que la herida en la pierna izquierda de Caballero pasara a mayores. Aún así, el parte médico daba cuenta de la gravedad del suceso: “Herida por asta de toro en la cara externa del tercio medio del muslo izquierdo, con una trayectoria ascendente de 25 centímetros que produce destrozos en el músculo tensor de la fascia lata, vasto externo e isquiotibiales y alcanza la cara posterior del fémur contusionando el nervio ciático y alcanza el isquion. Pronóstico: grave”.
El doctor García Padrós ha explicado que el torero "se quedó encima de la cara del toro y el pitón entró totalmente en el muslo. La propia inercia del toro y la de él mismo que topó de lleno con el asta es lo que ha provocado que la cornada sea así de grave. Le he visto", añade el facultativo, "y el pie empieza ya a moverlo. Anímicamente lo único que le importaba era saber cómo había estado y si había cortado la oreja". Sobre el tiempo de hospitalización y plazos de recuperación, Padrós prefiere ser todavía muy cauto: "Es muy pronto. No han pasado ni 24 horas. Vamos a esperar, al menos, dos o tres días más a ver cómo evoluciona. De momento todo va según lo previsto, pero hay que esperar", concluía el veterano doctor.
Es de suponer que Victoria Federica acudirá a la clínica de La Fraternidad para dar ánimos a quien todos consideran su primer amor de juventud. El torero siempre ha evadido la pregunta porque se trata de “un asunto privado”, pero ambos se han dejado ver en actitud cómplice en diversos actos públicos, el último de ellos en los cuartos de final del Master de Tenis de Madrid.
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