Don Juan Carlos y doña Sofía, juntos en Hannover para animar a su nieto Pablo Urdangarin

Don Juan Carlos y doña Sofía han viajado hasta Hannover (Alemania) para asistir al partido de balonmano en el que su nieto Pablo Urdangarin enfrentaba al equipo de esta ciudad contra el Burgdorf en los cuartos de final de la Copa Alemana. Ataviados con bufandas con los colores de Hannover, los Reyes eméritos se situaron en la tribuna junto a la infanta Cristina, la infanta Elena y la madre de Iñaki Urdangarin, Claire Liebaert.

Pablo, de 17 años, ha decidido seguir los pasos deportivos de su padre. El joven ha dejado Ginebra donde vive su madre para instalarse en una residencia para deportistas con otros compañeros del equipo. El segundo hijo de Iñaki Urdangarin juega desde septiembre en la categoría sub-19. El propio club anunció su contratación. "Será de gran ayuda esta temporada en la banda derecha".

Juan, el hijo mayor de la infanta y de Urdangarin también ha dejado Suiza para instalarse en el Reino Unido donde estudia. Doña Cristina se ha quedado con sus dos hijos menores, Miguel e Irene.

La presencia de los Reyes eméritos en esta cita deportiva es un hecho insólito ya que no suelen compartir juntos tiempo de ocio. La última cita familiar en la que vimos a los padres de Felipe VI juntos fue en el 80 cumpleaños de la Reina, cuando asistieron al concierto en la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid. También es cada vez más raro que coincidan en actos oficiales ya que la agenda de ambos se ha reducido mucho.

Esta reunión familiar alrededor de Pablo también supone un apoyo más a la infanta Cristina. Sus padres, desde que Urdangarin entró a cumplir condena en la cárcel de Brieva, se ocupan especialmente de ella, algo que en el caso de doña Sofía ya venía ocurriendo pero en el don Juan Carlos no.

Es frecuente que Cristina de Borbón y sus hijos pasen tiempo en el palacio de La Zarzuela los fines de semanas o cuando visitan a Urdangarin en la penitenciaría. Allí pasaron también la Navidad. Cada vez son más las noticias que apuntan a que una vez termine el curso escolar la Infanta se mudará a Madrid para estar más cerca de su marido, de su familia y pensando en un posible tercer grado del que un día fue duque de Palma.