28 fotosDerechos humanosEl genocidio de Ruanda de 1994, en imágenesFueron 100 días de matanzas de tutsis y hutus que dejaron unos 800.000 muertos, entre el 20% y el 40% de su poblaciónEl País07 abr 2019 - 14:28CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceUnas 800.000 personas fueron asesinadas en el genocidio de Ruanda, una de las páginas más tristes de la historia universal, entre abril y julio de 1994. En la imagen, una mujer ruandesa, con su hijo a la espalda, se derrumba en la carretera de camino al campamento de refugiados de Kibumba y Goma, el 28 de julio de 1994.REUTERS FILE PHOTO (REUTERS)La mayoría de las víctimas fueron tutsis, aunque también fueron exterminados hutus, la etnia a la que pertenecían los autores de la matanza, soldados del Ejército y miembros de la milicia extremista Interahamwe (los que matan juntos). En la imagen, refugiados ruandeses pasan junto a los cadáveres de un centenar de personas, cuyos restos fueron pisoteados en la ciudad fronteriza de Goma (en el entonces Zaire; hoy República Democrática del Congo), mientras huyen de la última ofensiva del Frente Patriótico, el 18 de julio de 1994.PASCAL GUYOT (AFP)El mayor genocidio registrado en el mundo, según la ONU, comenzó la noche del 6 de abril de 1994, horas después de que el presidente del país, Juvenal Habyarimana, muriera tras ser alcanzado por dos misiles el avión en el que se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Kigali. En la imagen, varias personas ayudan a levantarse a un herido por los disparos de los miembros del Frente Patriótico de Ruanda en un campamento de Kigali, el 1 de julio de 1994.CORINNE DUFKA (REUTERS)Juvenal Habyarimana, que había llegado al poder en 1973 mediante un golpe de Estado, pertenecía a la etnia hutu, mayoritaria en el país (representaba el 85% de la población antes del conflicto). En la imagen, refugiados ruandeses cruzan la frontera de Rusumo a Tanzania, el 30 de mayo de 1994.REUTERS FILE PHOTO (REUTERS)Los hutus atribuyeron el magnicidio a los tutsis del Frente Patriótico Ruandés (FPR), movimiento guerrillero con el que habían librado una guerra civil intermitente desde 1990. En la imagen, un anciano ruandés, agotado y hambriento, es llevado por familiares a un campamento de refugiados cerca del aeropuerto de Goma (República Democrática del Congo), el 7 de abril de 2019.PASCAL GUYOT (AFP)En cuanto se corrió la voz de la muerte del presidente Juvenal Habyarimana, los hutus comenzaron a matar a tutsis y miembros moderados de su propia etnia: hombres, mujeres, niños y ancianos fueron masacrados a tiros y machetazos. En la imagen, desplazados ruandeses, que huían del baño de sangre, transportan contenedores de agua a sus chozas en el campamento de refugiados de Benaco en Tanzania, cerca de la frontera con Ruanda, el 17 de mayo de 1994.Karsten Thielker (AP)El 7 de abril, la primera ministra, Agathe Uwilingiyimana, y los soldados belgas de las fuerzas de la ONU que la custodiaban fueron asesinados brutalmente por los soldados del Gobierno. En la imagen, un soldado ruandés enfermo de cólera, en un hospital militar improvisado de Goma, el 26 de julio de 1994.Corinne Dufka (REUTERS)Después de la masacre de sus tropas, Bélgica retiró al resto de sus fuerzas, seguida por otros países, lo que llevaría a que el 21 de abril la UNAMIR (Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Ruanda, en sus siglas inglesas) se viera obligada a reducir sus efectivos. En la imagen, un ruandés de la etnia hutu con una cruz huye junto a decenas de personas hacia la frontera de Tanzania desde el campamento de refugiados en Magara, cerca de la ciudad de Ngozi (norte de Burundi), el 31 de marzo de 1995.ALEXANDER JOE (AFP)Ruanda, con ocho millones de habitantes, se convirtió en una inmensa fosa común ante la práctica pasividad de la comunidad internacional. En la imagen, una niña ruandesa ante una fosa común donde decenas de cadáveres van a ser sepultados, el 20 de julio de 1994.CORINNE DUFKA (REUTERS)Las matanzas continuaron hasta principios de julio, cuando más de un millón y medio de ruandeses, sobre todo hutus, huyeron a Zaire (actual República Democrática del Congo), Tanzania y Burundi ante el avance de las fuerzas del FPR, que acabó ocupando Kigali y casi todo el país. En la imagen, rebeldes del Frente Patriótico Ruandés cargan morteros y otras municiones tras arrebatar los cuarteles de Kanombe a las tropas del Gobierno, el 23 de mayo de 1994.CORINNE DUFKA (REUTERS)La ausencia de una reconciliación entre los distintos partidos de Ruanda y la falta de respuesta de la comunidad internacional hicieron que la tragedia fuera aún más cruel. La capacidad de la ONU de reducir el sufrimiento humano en Ruanda se vio muy constreñida por la negativa de los Estados miembros a enviar tropas adicionales. En la imagen, pescadores ugandeses amontonan cadáveres en el pueblo de Kasensero, el 20 de mayo de 1994. Los cuerpos fueron transportados por el río Akagera desde Ruanda hasta el lago Victoria.STRINGER (REUTERS)En apenas 48 horas, las ciudades fronterizas de Goma y Bukavu vieron llegar a 1,2 millones de refugiados ruandeses. Las infrahumanas condiciones de vida provocaron brotes de cólera, disentería, meningitis y otras enfermedades. En la imagen, el joven Nyabimana de 26 años muestra las heridas de machete en su cara a un comité de la Cruz Roja en Nyanza (Ruanda), el 4 de junio de 1994.Jean-Marc Bouju (AP)El 22 de junio de 1994, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó una misión humanitaria de las fuerzas francesas, llamada la Operación Turquesa, que salvaría a cientos de civiles en el suroeste de Ruanda. En otras áreas, los asesinatos siguieron hasta el 4 de julio, cuando el FPR tomó el control militar de todo el país. En la imagen, soldados del Gobierno de Ruanda rodeados de civiles que huyen frente al avance del Frente Patriótico de Ruanda, el 17 de julio de 1994.CORINNE DUFKA (REUTERS)Los victoriosos tutsis del FPR formaron un Gobierno en Kigali e instaron a los refugiados a regresar al país, pero al mismo tiempo pidieron a la comunidad internacional la formación de un tribunal para juzgar a los hutus por genocidio. En la imagen, tres refugiados tutsis se acurrucan para protegerse del frío y la humedad mientras pasa junto a ellos un hombre con la pierna amputada, en un campamento al sur de Ruanda, el 20 de mayo de 1994.CORINNE DUFKA (REUTERS)Un niño armado con una pistola patrulla las calle de Kigali en un automóvil junto a partidarios del Frente Patriótico de Ruanda, el 9 de junio de 1994.ABDELHAK SENNA (AFP)Un niño ruandés espera para recoger agua frente a un grupo de soldados de Estados Unidos en el campo de refugiados de Kibumba (Tanzania), el 2 de agosto de 1994.STRINGER (REUTERS)Refugiados ruandeses transportan alimentos suministrados por la Cruz Roja, el 28 de julio de 1994.REUTERS FILE PHOTO (REUTERS)Una niña hutu, perdida entre una multitud de 10.000 refugiados retenidos al intentar cruzar a Zaire (actual República Democrática del Congo), mientras las tropas francesas patrullaban la zona fronteriza, el 21 de agosto de 1994.CORINNE DUFKA (REUTERS)Cadáveres de refugiados sorprendidos en plena huida yacen a lo largo de una carretera, a unos 70 kilómetros al norte de la frontera entre Ruanda y Tanzania, el 8 de mayo de 1994.CORINNE DUFKA (REUTERS)Un refugiado se dirige a una fosa común con el cuerpo de su hijo, un bebé muerto por cólera, el 29 de julio de 1994.Corinne Dufka (REUTERS)Un niño huérfano, con las piernas amputadas por debajo de la rodilla, descansa sobre una colchoneta en un orfanato de Nyanza, al suroeste de Kigali (Ruanda), el 9 de junio de 1994.Jean-Marc Bouju (AP)Niños ruandeses imploran a soldados de Zaire que les dejen cruzar la frontera para reunirse con sus madres, que habían pasado poco antes, 20 de agosto de 1994.Jean-Marc Bouju (AP)Un niño traslada en brazos a otro menor, desfallecido, a su llegada a un orfanato cerca de Goma, antiguo Zaire, el 19 de julio de 1994.Corinne Dufka (REUTERS)Un hombre consuela a su esposa, enferma de cólera, en un campo de refugiados, a 10 kilómetros al norte de Goma (República Democrática del Congo), el 21 de julio de 1994.Corinne Dufka (REUTERS)Una niña mira al fotógrafo entre los cadáveres de compatriotas pisoteados en la frontera oriental de Goma, en el antiguo Zaire, el 7 de abril de 2019.PASCAL GUYOT (AFP)Un rebelde del Frente Patriótico de Ruanda contempla un bate con clavos cerca de un puesto de control de la milicia, el 7 de julio de 1994.CORINNE DUFKA (REUTERS)Tres jóvenes refugiados transportan bidones de agua distribuidos por militares franceses en el campamento de refugiados de Mugunga, cerca de Goma, el 13 de agosto de 1994.STRINGER (REUTERS)Una mujer hutu y sus hijos descansan durante su huida a Zaire (actual República Democrática del Congo), el 16 de agosto de 1994.PATRICK DE NOIRMONT (REUTERS)