
El Valle de los Caídos y otros 19 monumentos españoles criticados en Tripadvisor (no siempre con tino)
Nunca llueve a gusto de todos, pero hay quienes esperaban poder hacerse un buen selfi en el Teide, no encontrar partidarios de la Falange en el Valle de los Caídos o confunden el prerrománico, el románico y el gótico. Nuestras expertas responden con mucho cariño y algo de ironía

El turista critica. "No nos ha gustado. El suelo es incómodo, las calles muy estrechas y solo veíamos tiendas de espadas o mazapanes. Demasiadas cuestas. No se puede considerar como un atractivo turístico porque solo son calles".
La experta responde. "Toledo es una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, testimonio de convivencia y tolerancia entre culturas. Es posible que como en tantos otros lugares en nuestro país, el turismo de masas haya convertido el centro histórico en un 'no lugar', con tiendas dedicadas exclusivamente al turista, pero eso no sería un motivo para no visitar esta importante joya monumental". Mariona Tió de Gispert, coordinadora de exposiciones del Museo Picasso de Barcelona.

El turista critica. "Se trata del primer templo mariano del mundo y debo decir que más parece un mercadillo que una iglesia. Se nota una falta absoluta de respeto hacia los que allí rezan, y la vigilancia es insuficiente para poner coto a la gente que emplea su móvil, hace fotos en plena consagración, habla en alto o lleva la cabeza cubierta. Es un desastre y se echa de menos el silencio y respeto de los templos franceses".
La experta responde. "Yo hablaría de espiritualidad, y en ese sentido hay un vacío interior a nivel global. Cuando uno cruza una puerta tiene que saber qué puerta, dónde se está metiendo. Cuando entras en una iglesia habría que tener una actitud de humildad y respeto, de recogimiento". Inés Martínez Ribas, profesora de Comunicación en la UIC y Universidad Pompeu Fabra.

El turista critica. "La visita solo vale para poder decir que has estado ahí arriba y hacer la foto (y casi siempre cogerás nubes, por lo que no vale ni para la foto). Se pasa un frío como nunca habréis pasado en vuestra vida y, si no has cogido al menos dos meses antes el permiso, no podrás ni subir a la cima, por lo que verás lo mismo que en la base: piedras".
La experta responde. "Es evidente que la meteorología influye al visitar un espacio natural; no es lo mismo que recorrer la sala climatizada de un museo. El Teide es un paisaje excepcional en la geografía española y vale la pena arriesgarse a que las condiciones no sean las más adecuadas". Mariona Tió de Gispert, coordinadora de exposiciones del Museo Picasso de Barcelona.

El turista critica. "Un timo solo el acceso: 9 € / persona. Vas con intención de conocer historia y te encuentras con banderas de la Falange, con gritos a sus creencias y muerte a las nuestras. La seguridad miraba hacia otro lado, vergüenza ajena y miedo por la integración (sic) física. El lugar estaba bien, aunque podrían limpiarlo de vez en cuando".
La experta responde. "Es un tema delicado. Aquí converge un edificio que es un testimonio histórico, nefasto efectivamente, y que a la vez es un símbolo, con una gestión que desde 1957 pertenece a una orden religiosa". María Victoria Soto Caba, profesora de Historia del Arte de la UNED.
![<p><strong>El turista critica.</strong> "Lugar <a href="https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g187489-d240460-r647219360-Alcazar_Museo_del_Ejercito-Toledo_Province_of_Toledo_Castile_La_Mancha.html" rel="nofollow" target="_blank">poco recomendable para pacifistas</a>. Es una exaltación bélica".</p> <p><strong>La experta responde.</strong> "Obviamente un museo dedicado al Ejército puede estar centrado en la guerra, es lógico ya que es una de las actividades de la institución. De todas maneras pueden acudir pacifistas [aunque sea] para conocer al enemigo". <strong>Mariona Tió de Gispert, coordinadora de exposiciones del Museo Picasso de Barcelona</strong>.</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2DIQ3TMV2JIYZDBSUIJVWRMDWU.jpg?auth=4f62aa4d0dd22597cd93912de102e5cb89bbce907eed5dd3699ae15f723deedc&width=414)
El turista critica. "Lugar poco recomendable para pacifistas. Es una exaltación bélica".
La experta responde. "Obviamente un museo dedicado al Ejército puede estar centrado en la guerra, es lógico ya que es una de las actividades de la institución. De todas maneras pueden acudir pacifistas [aunque sea] para conocer al enemigo". Mariona Tió de Gispert, coordinadora de exposiciones del Museo Picasso de Barcelona.

El turista critica. "Pura estética que envuelve un contenido científico vacuo. La visita no merece la pena salvo, para quien disfrute con escenarios propios de set de publicidad o anhele un 'selfie' diferente. La visita al pretendido museo muestra que está muy lejos del 'standard' de un verdadero museo científico".
La experta responde. "Estoy de acuerdo. Y, para colmo, ese envoltorio estético ha causado más de un problema arquitectónico y técnico, desperfectos a poco de la inauguración de unas arquitecturas que se han proyectado desde el principio sin objetivos claros, sin contenidos previamente estudiados: auténticas cajas vacías o carcasas, como ha dicho la prensa. Muchas ciudades quisieron tener su Guggenheim en unos momentos de falsa bonanza y despilfarro. Desde el punto de vista museístico tampoco han sido un acierto estos megaproyectos. Son los técnicos, conservadores y museólogos los que pueden decir si realmente se trata de un buen museo oceanográfico a la altura del de Lisboa o el de Mónaco, aunque el de Valencia está dentro del top de los ocho mejores. En cuanto al jardín, el Oasis de Valencia, cualquier paisajista se llevaría las manos a la cabeza. ¿Qué ha sido del vergel? Si todo el dinero invertido se hubiera destinado a rehabilitar, restaurar y dar funciones nuevas a los viejos caserones que en el ámbito urbano o en rural se están desmoronando, los políticos que se empeñaron en estas megaempresas hubieran conseguido un poco de prestigio en el ámbito del Patrimonio". María Victoria Soto Caba, profesora de Historia del Arte de la UNED.

El turista critica. "Vaya por delante que el edificio me pareció muy bonito, y que las vistas de Barcelona desde el último piso son muy interesantes. Pero las supuestas 'obras de arte' (tanto las exposiciones temporales como la colección permanente) oscilan, según mi humilde opinión, entre la estupidez y el ridículo, pasando por la mediocridad o la mera tomadura de pelo".
La experta responde. "Primero se encargó a Richard Meier un gran edificio de futuro uso cultural, sin saber que contendría el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Y, como es un edificio con una fachada acristalada enorme, en el momento en el que se decidió alojar el MACBA en su interior, se tuvieron que crear paredes para preservar las obras de arte porque no pueden estar expuestas a los rayos de luz directos. El deseo de tener un edificio de un arquitecto estrella sin importar tanto su contenido es algo en lo que se ha caído con frecuencia en nuestro país, pero también en otros". Inés Martinez Ribas, profesora de comunicación en la UIC y Universidad Pompeu Fabra.

El turista critica. "Encontré muchos comentarios buenos, muy buenas críticas de un buen castillo, visita obligatoria, etcétera. Hoy he ido y me ha decepcionado mucho. No es tanto como se pintaba. Es un gran palacio, lo que es la construcción, el exterior increíble, muy bonito y conservado, pero, una vez entras, ¡no hay nada! Solo las paredes... Nada es nada, ni un triste mueble... Nada… He visto castillos más pequeños y cutres por fuera y luego por dentro con cuatro muebles ves cómo dormían y vivían... Para verlo por fuera no vale la pena pegarse horas de viaje y kilómetros".
El experto responde. "No queda ningún vestigio del mobiliario o la decoración del mismo, ya que fue deshabitado a partir de 1512 y, tras tres siglos de semiabandono (durante los cuales fueron desapareciendo y rompiéndose diversos elementos decorativos), un gran incendio destruyó lo poco que quedaba en 1813. Hace algunos años sí que había algo de decoración, pero totalmente anacrónica y fuera de lugar, y se decidió quitar por ese motivo. Sí que es cierto que es una de las pocas cosas que los visitantes critican o echan de menos, la decoración. Desde nuestro punto de vista, sería muy interesante poder ir llenando ese vacío poco a poco, pero intentando no perder la esencia laberíntica que tiene nuestro Palacio, y que a la gente le gusta mucho (poder deambular libremente por las salas, galerías y torres, sentir que se han 'perdido' por el edificio), dado que hay algunos ejemplos de palacios o castillos que se han convertido en museos y han perdido ese atractivo ("no tocar", "prohibido fotos", "prohibido ir en tal o cual sentido", etcétera).
Aquí, para bien o para mal, se hace cierto el dicho 'las cosas de palacio van despacio'; pero qué duda cabe que mejor despacio y bien, que deprisa y mal. Quiero decir con esto que no costaría mucho poner cuatro sillas y un par de mesas del siglo XIX, y seguro que a la gente le encantaría, pero no sería correcto". Javier Adot, Guiarte Servicios Turísticos, empresa que lleva la gestión turística del Palacio Real de Olite.

El turista critica. "Es una monstruosidad en medio de la ciudad. Es feo, está mal construido, tiene goteras, casi todas las tiendas que abrieron en su día hoy están cerradas. ¡Es deprimente!".
La experta responde. "Parece que Santiago Calatrava deja un reguero de desatinos en las ciudades españolas, cuyas autoridades consideran que un edificio 'estrella' puede dinamizarlas, pero no es así: lo último es el enorme arácnido ('centollo', lo han calificado) que Calatrava ha situado sobre el caserío ovetense, otro espacio polifuncional (desde Palacio de Congresos hasta tiendas, hoy cerradas) de casi 40.000 metros cuadrados". María Victoria Soto Caba, profesora de Historia del Arte de la UNED.

El turista critica. "¿Es un museo de arte o un compendio de política de izquierdas? Un horror que no merece la pena visitar. Solo destacan el 'Guernica' y algunos grabados de Goya".
La experta responde. "El Reina Sofía tiene una de las colecciones más importantes del mundo, con obras clave para interpretar la historia del arte occidental. Es inevitable que un museo de estas características se posicione políticamente. Estoy de acuerdo en que el 'Guernica' y los grabados de Goya son maravillosos, pero hay gran cantidad de otras obras imprescindibles". Mariona Tió de Gispert, coordinadora de exposiciones del Museo Picasso de Barcelona.
En la imagen, un momento de la 'performance' en el Reina Sofía de 'Gernika-Guernica', del grupo de danza vasco Kukai Dantza, con motivo del 80 aniversario del mural de Picasso. (Foto: Getty)
El turista critica. "Nos parece irrespetuoso y anacrónico que un edificio tan importante en Barcelona como la Pedrera decore su fachada con varias frases SOLO en inglés, cuando lo normal y lógico es que como mínimo hubiera algún texto en nuestras lenguas, el castellano y/o el catalán. Esto es Barcelona no Nueva York o Londres. Inadecuado e irrespetuoso".
El experto responde. "Con esta iniciativa la Fundación Catalunya La Pedrera apoya el talento joven colaborando con escuelas de diseño de Cataluña. El proyecto de la iluminación de la fachada ha estado conceptualizado por los estudiantes del máster de arquitectura efímera de Elisava. El mensaje que queremos transmitir con la iluminación gira en torno a las contradicciones de la época navideña". Xavier Bas, director general en Casa Milà.

El turista critica. "Real pérdida de tiempo y dinero. ¡Qué desilusión! No puedo creer que cobren por entrar ahí. Todo el edificio está vacío, totalmente vacío y los jardines totalmente descuidados, plantas con agujeros hechos por bichos, yuyos, plantas secas, olor en el estanque... y podría seguir. Una vergüenza cobrar por ver eso".
El experto responde. "A partir del Renacimiento los jardines experimentaron una importante transformación con la creación de nuevas fuentes y estanques, pabellones, portadas y galerías. Los parterres han sido permanentemente remodelados y, hasta mediados del siglo XIX, mejorados con importantes innovaciones que hacen de este ambiente ajardinado uno de los espacios más hermosos y bellos de España". Enrique Valdivieso, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla.

El turista critica. "Pésimo. Parece mentira que la leyenda negra sobre el imperio español dure hasta hoy. Claro que no es de extrañar si nosotros mismos nos dedicamos a difundirla. El lugar es oscuro y feo, mal ambientado y con un calor asfixiante. Las explicaciones de los paneles repetitivas o irrelevantes. Y sobre todo, ¡carece de ningún tipo de rigor histórico! Desaconsejo vivamente gastarse el dinero que cuesta la entrada. Mejor te tomas unas cervezas en cualquiera de las terrazas de alrededor".
La experta responde. "En la gestión cultural debe prevalecer el respeto al testimonio histórico y la objetividad al margen de si se trata o no un tema delicado". María Victoria Soto Caba, profesora de Historia del Arte de la UNED.

El turista critica. "Siete euros por leer mi reseña, porque eso es lo que te cobran por ir a ver la Catedral. A no ser que vayas a rezar. Entonces, es gratis. ¿Cómo pueden baremar la conciencia espiritual de los visitantes? ¿Con poner las manitas así sirve? Ni God can judge me".
La experta responde. "Algunos lugares han visto la oportunidad lucrativa. Si realmente entras en una iglesia o catedral y tienes que pagar algo simbólico que luego revierta en la mejora del patrimonio, perfecto, pero muchas veces detrás de esta excusa existe el deseo de crear un excedente a beneficio de unos pocos. Esto se ve un poco con los precios: si te cobran un euro o dos euros es simbólico, pero si no es así es que realmente estás pagando otras cosas". Inés Martinez Ribas, profesora de comunicación en la UIC y Universidad Pompeu Fabra.

El turista critica. "Qué pena, ¿cómo en un sitio tan bonito, tan emblemático, tan maravilloso, no puedo pasear con mi mujer tranquilamente sin que te asalte a molestarte una señora con una ramita de romero para tomarte el pelo y sacarte la pasta? No hay vigilancia habiendo una comisaría cerca. O de pronto te viene un señor con una castañuela para tocarla y pedirte 30 pavos".
La experta responde. "La plaza de España es uno de los lugares más emblemáticos y espectaculares de Sevilla, además, con un poco de suerte, con la ramita de romero te dan un par de consejos y te ahorras algún disgusto. Doble ganancia". Mariona Tió de Gispert, coordinadora de exposiciones del Museo Picasso de Barcelona.

El turista critica. "Que no dejen pasar a un perro por un teatro romano me parece vergonzoso.
1. Está al aire libre.
2. Tienes que pagar entrada para 10 minutos de visita sin carteles informativos.
3. ÚNICO PUNTO POSITIVO: Se ve desde fuera".
La experta responde. "Sí dejamos pasar a perros guías pero, como en la mayoría de museos, no se dejan pasar perros de compañía. Para ver el Teatro romano con tu perro lo puedes hacer por el exterior del recinto, donde tienes unas vistas estupendas de todo el conjunto". Elena Ruiz, Teatro romano de Cartagena.

El turista critica. "Patético. Masificación total, lleno de Satán, locos devotos de a saber quién, te piden dinero por respirar, todo carísimo, un puro negocio sectario, abrumador y asqueroso".
La experta responde. "A veces pensamos que la única aproximación a los monumentos es la nuestra, la de cristianos católicos, y personas de otras religiones o tradiciones se sienten ofendidas o violentadas por símbolos o explicaciones que no comprenden". Inés Martinez Ribas, profesora de comunicación en la UIC y Universidad Pompeu Fabra.

El turista critica. "El románico está sobrevalorado. No es precisamente la catedral de Burgos. No hay mucho más en la zona, y eso lo explica. Mejor irse a comer un cachopo".
La experta responde. "En primer lugar, Santa María del Naranco es un monumento prerrománico, pero los movimientos artísticos no deberían calificarse en esos términos, aunque evidentemente existe el gusto personal. En cualquier caso, siempre es un buen plan comerse un cachopo". Mariona Tió de Gispert, coordinadora de exposiciones del Museo Picasso de Barcelona.

El turista critica. "Horrible la masificación. El sitio es muy bonito pero te tratan como ganado. Muchas colas para todo y sensación claustrofóbica en caso de emergencia... Precio desmesurado y sacaperras de cuidado. En fin, ¡un atraco a mano armada!"
El experto responde. "El problema que nos comenta se basa en que hay visitantes que han estado otras cuevas, en las que por tener una mínima afluencia de visitantes la visita se realiza casi a la carta, incluso a veces se ha de contactar por teléfono con el guía para que les acompañe. Cuando llegan a las Cuevas del Drach, se encuentran con que hay un grupo más o menos numeroso esperando para entrar, cuando ellos vienen con la idea de visitar una cueva de forma casi privada, y, desde ese momento, ya cambia su perspectiva de la visita, a pesar de que el aforo se ha reducido en los últimos años de forma sensible. Para dar una idea de la ocupación de la cueva, se podría comparar con una visita a un museo, en el que los visitantes se van moviendo a su ritmo y se detienen en ciertos puntos para contemplar las piezas o tomar fotografías. El recorrido es de unos 1.200 metros, y en el anfiteatro siempre quedan muchos asientos sin ocupar, para mayor comodidad del visitante. Incluso, en temporada alta la ocupación de bastantes visitas no llega al 100%, y en temporada baja la ocupación es mínima. También se ha de tener en cuenta que hay quejas por encontrarse al llegar a las cuevas con visitas ya completas y no poder entrar a la hora prevista, y para ello fomentamos la adquisición de las entradas 'online', para evitar tiempo de espera y, de paso, obtener un pequeño descuento". Matías Servera, director de Cuevas del Drach.

El turista critica. "El museo está bien, pero las personas que están vigilando las salas parece que solo se preocupan por lo que los niños puedan hacer, ¿no se dan cuenta de que van con sus padres? A mi hija pequeña le han hecho llorar porque después de haber tocado la cuerda; vio que se acercó mucho a un cuadro y la volvió a reñir. Luego un señor estaba tocando los cuadros, pero a él no le dijeron nada. Deberían pensar que un niño con sus padres no tiene por qué ir haciendo trastadas. Si los llevamos a esos lugares es porque saben comportarse. Que se preocupen por los mayores, que a lo mejor no están acostumbrados a ese tipo de visitas y han entrado ahí porque es gratis y fuera hace frío".
La experta responde. "Antes de quejarnos, deberíamos pensar cómo nos dirigimos al personal de sala o a los vigilantes de seguridad. A veces hay una aproximación de subordinación hacia los trabajadores, es el propio visitante el que no sabe cómo dirigirse a ellos; he trabajado muchos años en museos y lo he visto con frecuencia". Inés Martinez Ribas, profesora de comunicación en la UIC y Universidad Pompeu Fabra.