Mujeres y niños, primero
Esto es lo que reza la primera señal de alarma en un naufragio. La última es: “Sálvese quien pueda”. Las mujeres, en general, nos dan lecciones de humildad y tolerancia cada día con sus esfuerzos en trabajos mal pagados y con sus cuidados desinteresados; y a pesar de ello hay quien las critica por reivindicarse pacíficamente cada 8 de marzo. Los niños y adolescentes espolean nuestras conciencias con una huelga escolar (los viernes) a través de la cual manifiestan su rechazo a vivir en un planeta enfermo; y hay quien les ningunea solo por ser jóvenes. Lo dicho, las mujeres y los niños, primero. No se merecen el naufragio seguro al que nos conduce tanto incompetente en el timón del poder y tanto inepto en la sala de máquinas mediáticas.
Ángel Palomo Sánchez
Galapagar (Madrid)
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