Más que químicos y mecánicos
La región impulsa nichos de innovación que van desde un laboratorio contra pesticidas hasta formación en la industria del motor 4.0
Cuando aparece un reto en el horizonte, algunos miran para otra parte asustados por la dimensión del problema. Otros ven una oportunidad para transformar una realidad que no está bien. Este segundo camino lo han tomado en Aragón para eliminar residuos del lindano, un pesticida tóxico y contaminante prohibido en Europa que se ha producido durante años en una fábrica de Sabiñánigo (Huesca), y que ha dejado un reguero de contaminación en España. Desde Galicia a País Vasco y Castilla-León y en gran parte de la Unión Europea, desde Rumanía a Francia y Alemania. Este reto les ha llevado a crear un laboratorio de referencia internacional para impulsar la investigación en red y desarrollar acuerdos con universidades.
"El lindano es el problema ambiental más grave que tenemos en Aragón y no hay una solución a corto plazo para eliminarlo. Tenemos una oportunidad para abordar la investigación y el desarrollo para dar solución a un problema global", explica Joaquín Olona, consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad. "Se trata de un proyecto ambicioso" con distintos objetivos. El primero, llamar la atención de los investigadores a nivel mundial, "algo que hoy día no existe", asegura, y después llevar este problema a las instituciones europeas, en concreto al Parlamento, donde se está elaborando un reglamento que recoge las líneas de financiación para abordar este asunto.
Mientras esta normativa se concrete, el Gobierno ha puesto en marcha un plan integral contra esta contaminación con el horizonte de 2040 y una inversión de 594 millones de euros. Hasta el momento se han invertido más de 80 millones para la creación de un vertedero nuevo y seguro en el barranco de Bailín, en Sabiñánigo, con capacidad para 400.000 toneladas de residuos, y para la extracción de lixiviados del subsuelo en el vertedero de Sardas, en esta localidad.
Hay más actuaciones en marcha, como la construcción del laboratorio de Sabiñánigo con un equipamiento para detectar de forma más precisa la contaminación en el agua. También se han firmado acuerdos de colaboración para desarollar líneas de investigación con las universidades de Santiago de Compostela y A Coruña, Complutense y Autónoma en Madrid o la de Castilla-La Mancha. Asimismo se planea desmantelar de la antigua fábrica de la empresa Inquinosa (Industrias Químicas del Noroeste, en Sabiñánigo) antes de proceder a su demolición. La planta, que producía un plaguicida de uso agrario y ganadero, vertía sus residuos en Balín, Sardas y Jaca, contaminando el suelo y el agua del río Gállego. Descontaminar las paredes y muros interiores es uno de los mayores retos, sumados a la movilización de escombros contaminados. Sin esto no se puede realizar la demolición, prevista para 2020.
Demanda especializada
Aragón apuesta también por el sector de la automoción vinculada a la industria 4.0; la del big data y la inteligencia artificial. En el territorio coexisten sectores ligados a la automoción, la logística y el transporte, con la planta de Opel en Figueruelas (Zaragoza), la Plataforma Logística de Zaragoza y las industrias auxiliares, empleando a 11.000 personas. Sin embargo, faltan perfiles para estos puestos, especialmente os vinculados a las nuevas tecnologías. Para formarlos, la Junta ha dotado con 200.000 euros a un aula para formar estudiantes universitarios de ingeniería, desempleados, personal docente y profesionales del sector de la automoción.
Además, como parte de la estrategia, este curso se ha puesto en marcha la primera factoría escuela de España en el Centro de Innovación para la FP de Aragón (CIFPA). El aula es una réplica de una fábrica de locomoción, donde los alumnos aprenden los mismos procesos de la industria, desde el pedido a una gran empresa hasta su diseño y fabricación. En estas instalaciones, 80 estudiantes de grado medio y superior de dos ciclos formativos tienen a su disposición la maquinaria que encontrarán en sus futuros empleos. Desde inyectoras, extrusoras, tornos industriales a centros de mecanizado. Los alumnos contemplan su futuro con optimismo, pues se trata, en palabras del dirección general de Planificación y FP de Aragón Ricardo Almané, de un sector "que tiene empleabilidad del 100%". Raúl Fando, estudiante de 24 años de segundo curso del grado superior del instituto de FP Virgen del Pilar de Zaragoza comparte con optimismo sus planes de futuro: "Voy a hacer prácticas en una empresa de inyección de plásticos de Aragón y hay un compromiso de quedarse que es casi firme".
Desde las instituciones y la escuela hay gran interés por fomentar estas vocaciones, ante la falta de perfiles cualificados en un sector con potencial. "Las empresas piden especialistas pero no tenemos estudiantes suficientes para satisfacer la demanda de la industria 4.0. Faltan perfiles que la dominen", lamenta el profesor y coordinador dual de ciclos en el Virgen del Pilar, Juan Carlos Lacave.
Científicos ilusionados
Aragón es la única comunidad de España donde existe un Pacto por la Ciencia firmado por todos los grupos políticos, agentes sociales, la comunidad científica y las universidades. Se firmó en 2016 con un doble objetivo: blindar la inversión en investigación ante futuras crisis y proporcionar estabilidad y seguridad al sector.
"Los científicos hemos recuperado la ilusión en el futuro al saber que la investigación se va a tener en cuenta". Con esta frase resume la importancia de este pacto Gloria Cuenca, directora del Instituto de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA), de la Universidad de Zaragoza, y premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica 1997.
Pero no solo de ilusión vive el investigador en Aragón. Luis Miguel García Vinuesa, vicerrector de Política Científica de la Universidad de Zaragoza, pone otros datos encima de la mesa: "Este pacto ha supuesto también la reactivación de una serie de programas que estaban muertos, como los de captación de talento, un aumento del 50% en contratos predoctorales, una recuperación de proyectos de investigación que habían desaparecido, acciones como reparaciones de equipamiento o compra de infraestructura".
García cree que el pacto garantiza "planificación, certidumbre política y estabilidad financiera" que "no habrá más recortes si vienen tiempos peores" en un sector estratégico que "necesita una inversión anticíclica".
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