Christchurch
Basta de fijarse en si una mujer lleva hiyab, velo o pañuelo en la cabeza. Basta de llorar porque un extranjero tiene trabajo, aunque este sea precario. Basta de temer a alguien por llevar barba, por vestir diferente, por tener rasgos distintos. Hoy en día todos tenemos la oportunidad de estar informados, no hay excusas para caer en esos discursos. Tenemos la oportunidad y todos los recursos para acercarnos entre diferentes. Para crear marcos de convivencia que nos permitan vivir en paz. Empecemos a construir una sociedad fundada en valores humanistas. El día que consigamos vivir en paz no habrá mayor orgullo para el pueblo. Por fin tendremos algo más que trozos de tela de los que sentirnos plenamente orgullosos. Es nuestro mayor reto, el de las nuevas generaciones. Todo mi apoyo a la ciudad neozelandesa de Christchurch.
Alexander Aspe Abrisketa. Alcalá de Henares (Madrid)
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