Voluntarios culturales
Muchas personas, especialmente jubilados, realizan tareas de mediador cultural o guía en numerosos centros y museos. Con esto se cubre buena parte de la plantilla y, por tanto, no es necesario contratar a más gente. Además, profesores jubilados ya empiezan a impartir cursos y talleres que, hasta ahora, hacían profesionales de manera remunerada en edad de trabajar. ¿No es mejor medida social tener ocupados a nuestros parados? El asunto parece girar en torno a lo de siempre: no valorar las humanidades ni la cultura. ¿Se vería razonable que un Ayuntamiento u otra institución emplease a un fontanero jubilado como voluntario? Mientras, el nivel de paro juvenil sigue por las nubes especialmente en profesiones humanísticas en un país que destaca, precisamente, por su patrimonio histórico y sus muchos y buenos museos.
Julio José Llera Canga. Madrid
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