Superhéroes como antídoto de los miedos infantiles
Héroes y heroínas fantásticos ayudan a los niños a desarrollar su imaginación y les sirven de guía para encontrar y defender valores como la justicia
Superwoman, Wonderwoman, Spiderman, Capitán América, Batman ¿Quién no se ha sentido identificado de niño/a con algún superhéroe o heroína que salvaba al mundo de los malos? Estos personajes cinematográficos pueden ir más allá de la pantalla a través de la imaginación infantil e influir en su comportamiento. Los superhéroes pueden ser grandes aliados de los padres para educar a sus hijos de forma divertida y desenfadada en valores como la bondad o el sentido de la amistad. Pero, además, estos personajes del celuloide “permiten desarrollar la imaginación, ya que plantean otros mundos posibles con características fantásticas que van más allá de la realidad que los niños conocen, como volar, tener una súperfuerza o lanzar tela de araña, lo que ayuda al niño en el desarrollo de la fantasía. Pero también a crear historias junto con otros niños, desarrollándose así el juego simbólico y de imaginación, aspectos que son imprescindibles en el desarrollo infantil”, explica Carla Valverde, psicóloga del Centro de salud mental de Alcobendas que añade que “conviene que los niños entiendan que se trata de personajes de ficción y hay aspectos que no son reales, por lo que no deben imitarlos por el riesgo o peligro que supone, como en el caso de lanzarse desde gran altura como Supermán, porque vuela”.
Superhéroes como antídoto de los miedos infantiles
Los héroes y heroínas cinematográficos no solo ayudan a que los padres eduquen a sus hijos en valores, sino que también son potentes aliados para que los niños se enfrenten a situaciones difíciles que requieran fuerza o valentía. “Preguntarle a un niño, ¿qué haría tu superhéroe favorito ante eso que te ocurre? puede ayudarle a pensar en soluciones y a enfrentarse a los problemas para así parecerse a sus héroes favoritos. Es el caso del miedo a la oscuridad, ¿qué haría Batman? Quizá, debido a sus características relacionadas con los murciélagos, sería capaz de adaptarse a la oscuridad, incluso sentirse cómodo en ella porque le permite no ser descubierto y es el medio en el que se siente en calma. Así, a través de la imaginación y el juego; echándole un poquito de creatividad, podemos ayudar a nuestros hijos a vencer temores y a ser más conscientes de la necesidad de actuar con bondad, ser empáticos y ayudar a los demás”, comenta la psicóloga Carla Valverde.
Los superhéroes también actúan como catalizadores de las emociones y la moralidad de los niños porque “cumplen la función de representar arquetipos humanos al estilo de los mitos antiguos. Muestran modos de resolver situaciones, defienden valores sociales o individuales, luchan por un mundo mejor. Son nuestras proyecciones; encarnan la batalla entre el bien y el mal. En realidad hablan de nuestros sueños infantiles, esas fantasías de omnipotencia que tenemos de niños y que con la madurez abandonamos forzosamente para adaptarnos a la realidad y sus límites”, explica Tristana Suárez, psicóloga clínica e infantil y terapeuta Gestalt.
Los superhéroes son modelos para los niños porque “encarnan muy bien esa mezcla entre la vida real y la fantaseada, como ejemplos a seguir; sueños que hablan de quién quiero ser o qué quiero conseguir. Alivian durante un rato del sentimiento de pequeñez e impotencia cuando los niños se identifican con ellos en el juego. Pero siempre tiene que estar representada la otra cara, la del villano, la sombra, lo rechazado y reprimido, lo que no nos gusta pero que también es pura naturaleza humana: el egoísmo, la mezquindad, la codicia, la ambición desmesurada. Por otro lado, hay una clara preponderancia masculina en el mundo del superhéroe, reflejo de nuestra sociedad, pero empiezan a aparecer las superheroinas con fuerza, aunque con superpoderes del mismo tipo, normalmente, orientados a la lucha contra el mal. La pasión de un niño por estos personajes fantásticos puede resultar un arma de doble filo porque enseña valores como el altruismo, el tesón, la amistad, la capacidad de superación o la justicia, pero existe otra parte de fanatismo o simplismo”, comenta la psicóloga Tristana Suárez, que se declara fan de Batman,“porque no tiene ningún superpoder mágico; es un humano que utiliza su inteligencia y su fortuna para luchar contra el mal. Un ejemplo de superación sin alardes, mezcla de discreción y poder.”
Desde el punto de vista educativo, con los niños, se puede usar a los superhéroes “sin perder de vista lo que sirven para extraer lo trasladable a la vida real y cotidiana, porque lo que los convierte en superhéroes no es tanto el superpoder, como el uso que hacen de él, ya que lo ponen al servicio de los demás, al contrario que el supervillano”, concluye Suárez.
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