La casa-mueble
¿Se puede reformar completamente una vivienda simplemente introduciendo un mueble? Los arquitectos Anna y Eugeni Bach demuestran cómo
Ubicada en un chaflán del ensanche barcelonés ideado por Ildefonso Cerdá, esta vivienda tenía 77 metros cuadrados y sus dueños querían instalar allí un lugar de trabajo pero también una casa: “Un estudio para los próximos 15 años y un piso para la jubilación”. Con ese programa de usos diversos y muy largo plazo, los arquitectos Anna y Eugeni Bach decidieron que un mueble sería capaz de modificar el espacio sin determinarlo, y conseguir así la flexibilidad que buscaban sus propietarios.
Para tratar de conseguirlo, idearon un proyecto en el que, con un coste de 950 euros por metro cuadrado, todos los servicios quedan concentrados dentro de un único volumen —el mueble— que contiene y oculta la cocina, el baño y un altillo. Ese pequeño desván hoy funciona como el almacén del estudio y, en el futuro —tras la jubilación— está previsto que sirva para que los nietos puedan quedarse a dormir. ¿Implica toda esta planificación un exceso de previsión? ¿Para cuánto tiempo debe pensarse una casa? La respuesta de Bach Arquitectes es que para siempre: debe poder cambiarse siempre.
Así, su intervención atraviesa las habitaciones siguiendo la directriz a 45 grados, propia de las viviendas en situación de chaflán, y deja el resto de la vivienda prácticamente intacta: con los suelos de cerámica hidráulica original recuperados, los techos saneados y las carpinterías —que se conservaban en buen estado— rescatadas. De esta manera, la casa habla a la vez de su pasado —desde los acabados— y de su futuro —desde la flexibilidad de usos—. Y hace dialogar a sus partes y componentes desde la escala pequeña, en contraste con la marcada presencia del gran “mueble” que oculta los servicios.
Bach Arquitectes tienen un tacto especial para asumir la vida doméstica de sus clientes. Han hecho crecer casas familiares, han construido casas casi autosuficientes y han proyectado una incremental burguesa capaz de crecer cuando sus dueños lo necesiten. Esos diálogos intergeneracionales con el tiempo tienen un reflejo en su cuidadosa, pero cotidiana, manera de tratar los materiales: los futuros y los pasados. Si la convivencia es una especialidad arquitectónica, ese es el gran aporte profesional de esos dos proyectistas. De momento.
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