Una política de broma
Ya son al menos dos las legislaturas en las que nuestros representantes elegidos en las urnas no responden a las expectativas depositadas en ellos. Así, nos estamos acostumbrando a que un presidente de comunidad autónoma arengue a los CDR a “apretar”, a que un diputado llame fascista a los que a él le llaman golpista y a que se subestimen las comisiones de investigación que no investigan nada. Desconozco por qué razón les toleramos tanta broma junta, cuando cada cuatro años nos recuerdan que han entendido el mensaje y que actuarán en consecuencia.
Luis Alberto Rodríguez Arroyo. Santo Tomás de las Ollas (León)
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