La familia de La Veneno reclama que se investigue la causa de su muerte
Un informe del forense Luis Frontela afirma que el personaje televisivo de los años 90 falleció en 2016 de manera violenta y que se defendió de su agresor
La familia de Cristina Ortiz Rodríguez, la transgénero La Veneno, fallecida en el hospital en 2016, ha presentado en los juzgados de Madrid un nuevo informe forense, firmado por el médico legal Luis Frontela —uno de los forenses que trabajó en el caso del crimen de Alcàsser—, que contradice las conclusiones de la autopsia original. Esta aseguraba que la muerte se produjo por una ingesta de somníferos mezclados con alcohol que le causaron una caída en el baño.
El 27 de noviembre de 2018, los familiares solicitaron la reapertura del caso basándose en el nuevo informe en el que se afirma que “existen indicios suficientes para considerar que la muerte fue violenta y que, incluso, la fallecida intentó defenderse de su agresor”. Para llegar a esta conclusión, Luis Frontela ha analizado las fotografías del cuerpo de Cristina Ortiz Rodríguez y observa que “hubo acción de defensa. Hay hematomas en el dorso de los dedos índice y corazón de la mano izquierda”. Además asegura que existen hematomas también en el labio inferior, mejilla derecha y extremidades.
Cristina Ortiz, que falleció con 52 años, se hizo famosa en televisión por participar en un programa nocturno a finales de los 90. El 5 de noviembre de 2016 su novio la encontró tumbada en el sofá de su casa inconsciente, con una brecha en la cabeza y el cuerpo con hematomas. Fue trasladada al hospital, donde se le operó de urgencia de un edema causado por un traumatismo craneal. Ingresó en la UCI y falleció días después.
“El informe que yo he realizado contradice de pleno al que se le realizó en su momento”, asegura el médico forense Luis Frontela a este diario. La familia solicita en su petición de reapertura “las muestras obtenidas del cadáver, así como las fotografías del sumario”. De aceptarse la reapertura del caso, no se descarta que la familia reclame una nueva autopsia.
En las memorias que escribió esta mujer, inscrita en el Registro Civil como José, dijo que quería ser incinerada y que sus cenizas fueran esparcidas en el parque del Oeste de Madrid. Los familiares la sepultaron en su tierra natal (Adra, Almería) y en su tumba pusieron “Joselito” en la lápida.
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