Esta España nuestra
País extraño el nuestro. Capaz de lo humano y lo divino.
Criticamos la suciedad de las calles, pero encontramos normal que los bares tengan los suelos llenos de residuos y papeles. Reclamamos seguridad, pero cruzamos las calles, incluso con los niños, a escasos metros de los pasos de peatones. Sacamos la bandera en las celebraciones deportivas, pero la escondemos como signo de identidad. Nos molesta el maltrato animal, pero no nos inmutamos ante las concertinas que tratan de frenar la llegada de inmigrantes. Somos pioneros en la donación de órganos, pero nos molesta que la sanidad sea universal. Censuramos a políticos corruptos, pero aún así los votamos y, a la vez, pagamos en negro como algo normal. Aun así, lo queremos. Es nuestra idiosincrasia, somos capaces de lo mejor y de lo peor.
Luis Carlos Aragón Buñuel. Leganés (Madrid)
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.