Inocentadas
Los malabares de Rivera para equiparar a Podemos y Vox compiten con los de Casado, que maneja la Constitución como si fuera plastilina
El día pasó, pero su espíritu permanece. Ante la condena de la exalcaldesa Botella y su equipo por la venta de viviendas públicas a fondos buitre, el presidente de la Comunidad de Madrid ha dicho que no fue corrupción, sino un trámite administrativo que pudo estar bien o mal hecho. Es una buena inocentada, pero no tanto como la de Ciudadanos, que responsabiliza al PSOE de que vayan a tener que aceptar los votos de Vox para gobernar con el PP en Andalucía. Que no se los han pedido, que conste, que no han hablado con nadie ni saben nada de nada, pero ¿cómo les van a hacer el feo de decirles que no? Y la culpa la tiene el PSOE, por ese capricho absurdo de no querer suicidarse para hacerles un favor.
El lugar común de las inocentadas de esta Navidad es el constitucionalismo. Los malabares de Rivera para equiparar a Podemos y Vox compiten con los de Casado, que maneja la Constitución como si fuera plastilina, convirtiendo en bloque constitucionalista a cualquier coalición que convenga al PP, sin fijarse en el ideario de los que quedan dentro o fuera. Pero nada es comparable a las declaraciones de Montserrat, esas 21 capitulaciones secretas de Pedralbes que Sánchez habría pactado con Torra para, literalmente, rendir y humillar a España. Como noticia falsa del 28 de diciembre habría sido insuperable, pero lo dice en serio. El tono de su alegato recuerda al de un viejo texto, Los protocolos de los sabios de Sión, y da mucho miedo. En español, la palabra “inocente” tiene varios significados. Por una parte designa a quienes están libres de culpa. Por otra, a las personas simples, cándidas, que se dejan engañar con facilidad. Ojalá que en España, en 2019, los primeros abunden más que los segundos. De momento, feliz Año Nuevo para todos.
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