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Guayusa, la hoja sagrada de la Amazonía Mientras el resto del mundo apenas comienza a oír hablar de los beneficios de la guayusa, el pueblo indígena kichwa lleva siglos consumiéndola y venerándola por sus supuestas propiedades estimulantes y curativas, ahora en investigación La guayusa es una planta originaria de la Alta Amazonía o Amazonía andina, una región que comprende partes de Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia. Aunque su existencia ha sido documentada en estos cuatro países, su uso ritual por parte de los pueblos indígenas se ha dado principalmente en Ecuador, donde sus hojas sagradas se consumen en infusión desde hace más de mil años por sus propiedades energéticas, antioxidantes y antiinflamatorias. Michael Uzendoski, antropólogo estadounidense residente en Ecuador desde hace 24 años, señala con su machete uno de los árboles de guayusa que ha plantado en su chacra. Uzendoski, casado con la indígena kichwa Felicia Calapucha, está preocupado por el auge de la popularidad de la guayusa en su país natal, donde florecen empresas que comercializan bebidas energéticas basadas en la planta amazónica. Mientras que para los kichwas es una planta sagrada, “para los gringos es solo un producto más”, lamenta. Uzendoski corta una rama del árbol de guayusa, una planta que pertenece a la misma familia que la yerba mate. Más tarde utilizará sus hojas para cocinar la infusión. Según investigaciones científicas realizadas en Ecuador, la guayusa es la planta con más antioxidantes del mundo, por lo que su consumo previene el envejecimiento. Otro estudio llevado a cabo en Colombia determinó que la guayusa es eficaz para combatir la caries dental. Esteban Calapucha toma guayusa durante el ritual que ha preparado para un grupo de visitantes. Antiguamente, los kichwas amazónicos se levantaban durante la madrugada para preparar la bebida. Introducían una buena cantidad de hojas en el agua hirviente para obtener una infusión muy cargada que les diera fuerza para afrontar el largo día de cacería. Toda la familia se reunía alrededor del fuego para que cada miembro narrara lo que había soñado durante la noche y después interpretarlo juntos. Los primeros rayos de sol iluminan la comunidad de Sapo Rumi mientras Esteban Calapucha y Michael Uzendoski participan en el ritual de guayusa. En estas ceremonias servían como espacio de encuentro entre generaciones. Los abuelos contaban historias, transmitiendo su cosmovisión a los más jóvenes y aconsejándoles sobre sus problemas cotidianos. Para los kichwa, la guayusa es una planta sagrada cuya ingesta supone una purificación y un aumento del poder de aquel que la consume. Esteban Calapucha exhala humo sobre un ramo de hojas durante una ceremonia de purificación kichwa. Antes de ingresar a la selva virgen, los indígenas realizan este ritual para limpiar a los visitantes de las malas energías que traen de la ciudad. Además, les dan de beber la infusión de guayusa, que por su alta cantidad de cafeína y antioxidantes les ayudará a aguantar la larga caminata por el agreste entorno amazónico. Esteban Calapucha ‘limpia’ a una visitante antes de entrar al bosque primario bajo la atenta mirada de Michael Uzendoski. A su lado, Felicia Calapucha repone fuerzas sentada en la orilla del río Achiyaku, que en kichwa significa “Río del Viejo Sabio”. La cascada Achiyaku marca el inicio del río del mismo nombre. Situada dentro del Parque Nacional Llanganates, en la provincia de Napo (Ecuador), se encuentra a seis horas andando desde la comunidad de Sapo Rumi. A sus 55 años, Esteban Calapucha realiza esta excursión guiando a los turistas que desean conocer los lugares más recónditos de la Amazonía andina. “Siempre antes de salir a la caminata tomo la guayusa”, revela Esteban, quien considera que el principal valor de la planta es su carácter energético. Michael Uzendoski atraviesa el puente sobre el río Achiyaku con una cesta llena de hojas de guayusa sobre su espalda. En la comunidad de Sapo Rumi cuentan con un proyecto de turismo comunitario en el que reciben a visitantes interesados en conocer el modo de vida de los kichwas amazónicos. Cerca del asentamiento se encuentra un conjunto de petroglifos con forma de sapo que datan de hace alrededor de 2.000 años y que dan nombre a la comunidad. Sapo Rumi significa “Sapo de Piedra”. La comunidad de Sapo Rumi se extiende a lo largo de las dos orillas del río Achiyaku. Cada familia cuenta con al menos un árbol de guayusa del que extrae sus hojas para realizar la infusión. Aunque algunas costumbres ancestrales se han ido perdiendo con el paso del tiempo, en Sapo Rumi todavía siguen consumiendo la guayusa a diario. La comunidad se encuentra a apenas quince minutos en coche de Tena, la capital de la provincia de Napo. Esta región es considerada como el centro de la cultura de la guayusa en Ecuador.