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Cuadros con sabor en el Museo Thyssen de Málaga

El centro ofrece un menú degustación inspirado en diez de sus obras

Ravioli de rabo de toro con puré de calabaza inspirado en el cuadro 'Corrida de Toros y picador herido' de Mariano Fortuny.
Ravioli de rabo de toro con puré de calabaza inspirado en el cuadro 'Corrida de Toros y picador herido' de Mariano Fortuny.Garcia-Santos (El Pais)
Nacho Sánchez
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Hay cuadros que abren el apetito. Marinas que evocan el mejor pescado o escenas costumbristas donde la fruta ejerce el papel de preciado tesoro. Poseen colores, texturas y paisajes que inspiran a cualquier espectador. También a los chefs, como ocurre en el Museo Carmen Thyssen Málaga. Su iniciativa Art Menú interpreta en clave gastronómica una decena de obras de arte que se convierten en una degustación de ocho platos de sabores mediterráneos. “El objetivo es dilatar en el tiempo la experiencia artística”, explica Fernando Carmona, gestor cultural del centro y responsable de las visitas guiadas.

El aperitivo es un paseo de 35 minutos por las diferentes salas del museo. Es tiempo suficiente para echar un vistazo general a la colección del Thyssen malagueño y realizar paradas más amplias ante los cuadros interpretados en el menú. Uno de los primeros es Corrida de toros y picador herido, de Mariano Fortuny, que en la mesa se transforma en un ravioli de rabo de toro con puré de calabaza. Se sirve en un plato color albero para recrear el coso taurino. Igual que una vajilla azul es la base de la interpretación de la ensalada malagueña, que hace de entrante y se inspira en Paisaje costero de Guillermo Gómez Gil, cuya Marina se traduce en una sopa de rape. Para el postre, brownie de chocolate con frutos rojos y sopa de chocolate blanco, influido por el Desnudo de Celso Lagar.

“La idea es que el comensal tenga la sensación de que está comiéndose el cuadro a bocados”, añade Carmona. Para conseguirlo, su equipo estudió con detalle cada una de las obras de la colección. “Fue todo un reto”, recuerda Verónica Iribarnegaray, chef del restaurante del museo y encargada de plasmar el arte pictórico en sabrosos bocados. “Habitualmente, los menús degustación se centran en el cliente, aquí hubo que hacer un trabajo inverso: interpretar los cuadros y sacar las recetas”, señala.

Art Menú surgió el año pasado, pero muchos visitantes aprovechan ahora la experiencia como una alternativa a la comida navideña de empresa. Su precio es de 25 euros por persona y consta de ocho platos. Por 18 euros más incluye un maridaje de vinos de Bodegas Pérez Hidalgo que permite saborear, por ejemplo, un vino dulce local. Hay que reservar con 48 horas de antelación, siempre grupos de entre 12 y 20 comensales y, para grandes eventos, existe también una versión en formato cóctel.

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