Acciones que no deberían existir
Las mujeres nos hemos acostumbrado a pequeñas cosas que no deberíamos sentirnos en la necesidad de hacer, como cambiarnos de acera, llevar las llaves en la mano para defendernos con ellas en caso de que fuera necesario o llamar para avisar de que hemos llegado a nuestro destino.
La sociedad está comenzando a darse cuenta de que esto no debería ser normal; hablar del tema está ayudando a concienciar a todos. Es por ello que, como mujer, agradezco a todos los valientes que dan visibilidad a este asunto. Aún queda mucho camino por recorrer hasta lograr que ninguna mujer se sienta insegura cuando vuelve a su casa, pero tengo la esperanza de que algún día lo logremos. Hasta entonces, animo a todos, hombres y mujeres, a seguir luchando por ello.
Ana del Río. Logroño
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