Thierry Henry tiene aún poca experiencia como primer entrenador, pero un gesto le ha bastado para demostrar que tiene tanta autoridad como tenía sobre el césped a la hora de meter goles. El exjugador francés, nombrado técnico del Mónaco el pasado mes de octubre, ofreció el lunes la rueda de prensa previa a un partido de Liga de Campeones junto a Benoit Badiashile, joven defensa del club monegasco. Terminada la comparecencia, ambos se levantaron para marcharse, pero el central no colocó su silla bajo la mesa y la dejó en el camino de su entrenador. A Henry, campeón del mundo con Francia y de Europa con el Barcelona, le bastaron una mirada y un ligero movimiento con las manos para que Badiashile volviera inmediatamente y empujara la silla, gesto que el entrenador ya había realizado, pero repitió a la vez que lo hacía el futbolista.
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